después de 15 meses con sus puertas cerradas al público, el 27 de noviembre del pasado año la biblioteca de San Francisco estrenaba sus flamantes nuevas instalaciones, aunque lo hacía con sus estanterías vacías y un horario recortado a la mitad. Cinco meses después de su reapertura, vecinos del barrio siguen echando de menos la que un día fue la Biblioteca General de Navarra, critican que su oferta no llega al nivel mínimo que ha de tener una biblioteca de barrio y dicen haberse acostumbrado a recurrir a centros de otros barrios de la ciudad. "Cuando los fondos bibliográficos se trasladaron a Mendebaldea aquí quedaron los restos, se pueden encontrar tochos de Derecho Foral o guías de viaje de Senegal de los años 60, así está el tema", explica Bittor Abarzuza.
La actual situación ni siquiera se aproxima a las peores expectativas de los vecinos. "Hemos pasado de tener mucho, de una Biblioteca General, a nada, a una biblioteca sin servicios. Nos hemos quedado temblando. No llega al nivel de una biblioteca de barrio, ni a los baremos de la IFLA, que se siguen internacionalmente'", añade Abarzuza. Desde que se decidió la construcción de la Biblioteca y Filmoteca de Navarra en Mendebaldea (28 millones de euros) existía preocupación entre los vecinos del Casco Viejo por el futuro del centro de la plaza San Francisco. Ya en diciembre de 2010 el nuevo edificio junto a Barañáin contaba con el grueso de los fondos bibliográficos y en agosto de 2011 se cerraba la biblioteca de San Francisco, aunque las obras tardarían cuatro meses en comenzar.
hasta el parlamento Esa preocupación hizo que los vecinos se organizasen y elaborasen una exahustiva desiderata en la que se recogían las necesidades que debería cubrir la nueva biblioteca. De manera paralela, la mayoría municipal aprobaba en el pleno hasta tres mociones (en septiembre de 2011, junio de 2012 y septiembre del mismo año) en las que, en uno de sus puntos, se pedía que la de San Francisco no se convirtiese en una biblioteca de barrio más. El objetivo era que fuese una biblioteca de referencia "de toda la ciudad", aunque a UPN le importó poco la opinión de la mayoría municipal, tan poco como la de la mayoría del Parlamento, que también aprobó esta petición.
En septiembre de 2012 transcendió la intención de UPN de externalizar los servicios de la nueva biblioteca, obviando una vez más la opinión de la mayoría del Pleno, y en los meses posteriores el centro permaneció cerrado, aun con las obras concluidas, mientras se adjudicaba la gestión de la biblioteca. Además, el Ayuntamiento tendría que hacerse cargo del coste de los empleados en lugar del Gobierno de Navarra, en contra de lo firmado en el Convenio de 2004 para la gestión de bibliotecas públicas. Hace cinco meses, los vecinos pudieron comprobar en qué quedaba la antigua biblioteca, con un continente renovado y un contenido dilapidado. Y con un horario de 14.45 a 21.00, seis horas diarias de apertura (los sábados, cuatro) frente a las doce de la anterior biblioteca. "Lo único que tiene en común con las bibliotecas de los barrios es el horario, hemos pasado de que abran durante todo el día a que lo hagan solo por la tarde, en todo lo demás está muy por debajo", comenta Jone Lajos.
la referencialidad En este sentido, los vecinos reunidos en torno al Grupo de Trabajo por una Biblioteca Digna consideran que este centro ha perdido "toda su referencialidad en el Casco Viejo". "En cualquier barrio tienes actividades, ciclos o presentaciones de libros en la biblioteca, pero todo eso aquí es inexistente. Esta biblioteca no aguanta la comparación con ninguna otra", explica Lajos.
Un argumento en el que insiste Bittor Abarzuza: "El mayor problema social que tenemos ahora es el paro, y una biblioteca debería servir para que los parados se formen o aprendan a elaborar currículums, algo que pagamos todos con el 0,10% de nuestras nóminas destinado a formación. Sin embargo, aquí los estudiantes ni siquiera pueden venir por las mañanas porque está cerrada".
Según indica Isabel Iribarren, la gestión privatizada de la biblioteca ha hecho que sus trabajadores no cuenten con la formación que se exige en el resto de centros, "algo que el usuario nota", y el centro no cuenta con trabajadores que hablen euskera. Los fondos en esta lengua también son "exiguos" en opinión de Iribarren y la biblioteca carece de un buzón para devolver el material prestado. "Asnabi, que agrupa a los bibliotecarios de Navarra, está denunciando la destrucción de la Red de Bibliotecas Públicas de la Comunidad, algo que en este caso es evidente", explica Isabel Iribarren.
Estos vecinos del Casco Viejo consideran que este desplazamiento de la Biblioteca General de Navarra a Mendebaldea se sitúa dentro de una dinámica más amplia que ha alejado algunas dotaciones del barrio. De hecho, a apenas 60 metros de la puerta de la biblioteca de San Francisco se puede observar el antiguo local de la oficina de turismo. "Los comercios y la hostelería notan pérdidas como la de esta biblioteca, que generaba un dinamismo en la zona, algo que con un horario reducido a la mitad se ha perdido", considera Abarzuza. Una idea que comparte Jone Lajos: "Si se quiere potenciar el Casco Viejo y el burgo de San Cernin, que vive una complicada situación, que se abra esta biblioteca por la mañana y por la tarde".