están presentes en escaparates de pastelerías, farmacias e incluso joyerías y lo mismo tratan de representar a la Duquesa de Alba que al Olentzero. La fiebre de las fofuchas ha llegado a Pamplona y, en este momento, tiene su epicentro en el barrio de Mendillorri. Allí, el establecimiento Idea Arte ha organizado un concurso con un éxito asombroso y su escaparate se encuentra ya abarrotado de estos peculiares muñecos decorativos. Según asegura uno de los encargados de la tienda, Guillermo Múgica, se trata de un hobby muy económico que se ha convertido en una auténtica fiebre.
En este establecimiento de manualidades y enmarcación de la calle Concejo de Azpa han recibido ya 41 fofuchas, que se suman a las muchas que han diseñado en la propia tienda. "Se me ocurrió organizar el concurso porque veía que hay un gran auge de este tipo de muñecos, están en todos los escaparates: en el dentista, en una joyería, en pastelerías o en la farmacia. La verdad es que ha sido un éxito y puse la condición de que tenían que entregar las fofuchas en mano porque nos llamó gente de Santander o Soria. Está participando gente de toda Navarra y muchos se extrañan de que no haya que pagar. En realidad, lo único que hice fue poner un premio, que es una maquina para troquelar fofuchas", explica Guillermo Múgica.
Una de las razones del éxito de este nuevo hobby tiene que ver con lo sencillo que es fabricar las fofuchas. "Se elaboran con goma eva, que cuesta un euro cada lámina de 40 por 60, y por dentro se rellenan de bolas porex, que también son muy baratas. Los materiales son realmente económicos y por muy poco dinero se pueden diseñar estos muñecos. Además, tienen la ventaja de que los diseños se pueden personalizar totalmente", añade Múgica. En su establecimiento, donde trabaja junto a sus compañeras Arantza Arratibel y Beatriz Azpillaga, incluso imparten cursos para elaborar diferentes manualidades y también enseñan cómo diseñar las fofuchas.
Aunque las clases van dirigidas a adultos, quienes se han enganchado a este hobby tienen edades muy variadas. "Hoy mismo me ha venido un padre con crías de siete años a comprar el material. Cada vez viene más gente", concluye.