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Portal de Francia y calle del Carmen, 1915

Portal de Francia y calle del Carmen, 1915

En 1915 Pamplona era aún una ciudad pequeña, recoleta y encerrada en sus murallas renacentistas, perforadas tan solo por las seis grandes puertas de la ciudad, la de Francia (o del Abrevador), Rochapea, San Nicolás, Taconera, Tejería y el Portal Nuevo, que ya por aquel entonces estaba muy transformado. En el momento de obtener la imagen, no obstante, resonaban ya en el aire las trompetas destructoras que, como en el caso de la bíblica Jericó, anunciaban el derribo de las murallas y sus viejos portales.

La fotografía, obtenida en una soleada mañana de principios del invierno de 1915, muestra a un muete de condición humilde, vestido con blusón y alpargatas, que posa mientras carga con una cesta sobre la cabeza. Por detrás, al fondo de la calle, vemos varias vacas que ascienden pesadamente la cuesta hacia la plaza de Navarrería, después de haber abrevado en el aska. Vaya foto tan bonita...

Hoy en día el paisaje urbano de hace 101 años permanece inalterado hasta el punto que podríamos señalar el lugar exacto donde se colocó el anónimo fotógrafo, así como los adoquines sobre los que posó sus pies aquel humilde mocete de 1915. Anotamos, eso sí, la renovación operada en las casas de la calle del Carmen, más intensa de lo que en principio hubiera podido pensarse.

Falta evidentemente también la hoja de madera que cerraba el portal de Francia, aunque la llave con la que la puerta se cerraba todas las noches se guarda en el despacho del alcalde de Pamplona, al igual que las viejas y gastadas llaves de los otros cinco grandes portales que abrían las murallas de Pamplona. Ah, por cierto, la casualidad ha querido que en el lugar exacto por el que en 1915 pasaban las vacas, en el momento de sacar la fotografía nueva transitara la bicicleta de un ciclista. O tempora, O mores, que diría Pompeyo...