pamplona - La Asociación de Vecinos de Ermitagaña nació en noviembre de 1990 con dos objetivos; conseguir un local para el barrio y tirar una tapia de la Agrupación Deportiva San Juan que llegaba hasta la zona de los chalets de la calle Arcadio María Larraona y que, con el paso del tiempo, se convirtió en un refugio para “el trapicheo”. Hoy en día, más de 26 años después, esta asociación de vecinos cuenta con aproximadamente 200 socios, varias luchas ganadas y nuevas batallas para seguir mejorando el barrio. “Al cabo de muchos años y de muchas peleas policiales, se consiguió tirar el muro”, recuerda Enrique Sánchez, miembro de la junta de la Asociación de Vecinos. Y también un local público en el que colectivos y asociaciones pueden reunirse.
“El barrio tiene dos centros comunitarios de iniciativas sociales en las que nos podemos reunir y hacer actividades. Uno está en el número 32 de la calle Ermitagaña y el otro, que se construyó en 2001 durante el último año de la legislatura de Chorraut, en el 52 de Bartolomé de Carranza”, apunta Sánchez, recordando que la Asociación ofrece cursos anuales de dantzas, bailes o gimnasia. “Además, tenemos un grupo de pintura, otro de ganchillo y encaje de bolillos y estamos empezando con un coro infantil. Asimismo, también organizamos actividades más puntuales como Olentzero o la fiesta del barrio”, apostilla este vecino, que lleva más de 16 años trabajando por el barrio dentro de la Asociación.
Ahora, la cruzada por mejorar Ermitagaña se centra en el tráfico y la movilidad sostenible; uno de los temas que más preocupa a los vecinos y vecinas de Ermitagaña. Una reivindicación que el pasado 29 de marzo cobró especial fuerza con la muerte de una vecina de 63 años mientras cruzaba un paso de cebra de la calle Irunlarrea. “Queremos un barrio más seguro y sostenible. Es un tema que preocupa mucho a los vecinos”, asegura Sánchez, que solicita medidas para reducir la velocidad a la que circulan los coches en las calles Irunlarrea, Benjamín de Tudela y Arcadio María Larraona.
Además, otra de las mejoras necesarias para Ermitagaña, según sus propios vecinos, sería la instalación de elementos para reducir la velocidad en dos pasos de cebra especialmente conflictivos; el de la calle Ermitagaña, frente al Mercado, y en Arcadio María Larraona, en el que está situado enfrente de la cafetería del Hotel Iruña Park. “La gente va muy deprisa o no tiene buena visibilidad”, señala este vecino, que también está a favor de implantar medidas que mejoren y fomenten la sostenibilidad del barrio.
Medidas como, por ejemplo, aumentar el número de aparcabicis del barrio y colocar uno en el patio del colegio José María Iribarren, el centro público de educación básica para personas adultas. “Últimamente hemos visto que están poniendo varios por el barrio, pero estaría bien poner uno ahí”, defiende Sánchez. Además, desde la Asociación de Vecinos también apuestan por “que vuelvan a poner una parada de bus, el de la línea 12, donde estaba antes”, cerca del número 5 de la calle Arcadio María Larraona. “Ahora se siguen cumpliendo los parámetros de accesibilidad y tiempo de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, pero es una zona en la que la población está bastante envejecida y para una persona mayor supone un esfuerzo tener que andar 4 o 5 minutos hasta la parada”, señala Sánchez.
Por otra parte, la última petición de los vecinos de Ermitagaña afecta al área de urbanismo y consiste en arreglar el hundimiento situado entre la calle Arcadio María Larraona y el paseo 25 de noviembre. “Se produjo en 2005, tras las obras, pero ya ha pasado mucho tiempo y no se va a hundir más y podría solucionarse”, apunta este vecino.