Agua, tierra, aire y fuego: es lo que ha querido representar en su último trabajo el trombonista y compositor Eneko Azparren. Elements es una grabación formada por 8 obras musicales que ha ido componiendo a lo largo de los últimos años para diferentes instrumentos. El nombre del proyecto se debe a que es también el título de una de las piezas del disco, la de flauta y piano. “Esta consta de 4 partes o movimientos. Cada movimiento está dedicado o describe uno de los elementos que en la antigüedad se consideraba que eran la base de todo. Cada una de las partes de esta obra describe uno de ellos. Por otro lado, el disco está formado por diferentes elementos musicales. Diferentes estilos, instrumentos…”.

La presentación se celebró el pasado 19 de junio en El Casino de Pamplona. Y el recibimiento fue positivo. “Al final es un disco de música instrumental, y quizás para no músicos, acercarse a este género cuando no hay letra y no hay cantante resulta más complicado. Aún así las valoraciones que he recibido han sido muy buenas”. El disco está ya a la venta en las tiendas Haizea y Katakrak de la calle Mayor, Musicando de Mendebaldea y en el estanco Pérez de Huarte.

Portada del disco Iñaki Porto

“Las fui componiendo durante diferentes etapas, no con idea de que formasen parte de un disco. Llegó un momento en el que sentí la necesidad de que estas piezas saliesen a la luz, que no se quedasen en la partitura”. El problema es, confiesa, “que muchas veces cuando componemos algo, se estrena, se toca una vez y ya está, se queda en el olvido. Por eso sentí la necesidad de que estas obras quedasen grabadas para que estuvieran accesibles, con la idea de que la gente conozca estas piezas y quien se interese por tocarlas tenga la oportunidad de saber cómo suenan”.

“Sentí la necesidad de que estas obras musicales quedasen grabadas ”

Eneko Azparren - Compositor

El recorrido del compositor es extenso: “He realizado mis estudios musicales en los Conservatorios Superiores de Navarra y de París. Como soy trombonista, me he dedicado sobre todo al mundo de la interpretación. He tocado en bandas, en orquestas… Y a lo largo de todos estos años he conocido a muchos músicos”. Eso explica la participación de 15 artistas en el proyecto. “Busqué gente que además de buenos músicos fuesen gente dedicada”. La mayoría son personas con las que ha coincidido a lo largo de su carrera. “Son músicos con los que he trabajado y que –a parte de ser muy buenos amigos– sé que son personas que se implican en todos los proyectos en los que participan, con las cualidades que necesitaba para la grabación de este disco”.

Un proyecto de todos

Los fondos para la grabación del disco se recaudaron mediante un crowdfounding. “Yo conocía esta modalidad de financiación de proyectos y me pareció sobre todo buena idea porque con una iniciativa de estas características, la gente que participa se siente parte del proyecto. Al final vas viviendo todo el proceso y lo acabas sintiendo como tuyo. Yo podría haber hecho este disco y haberlo puesto a la venta directamente, pero de esa manera yo creo que pasaría más desapercibido. Al final lo bonito es que un trabajo de 15 músicos, un técnico de grabación, un compositor y un diseñador se haya convertido en un proyecto de más de 100 personas”.