La construcción del carril bici de Labrit eliminará 11 plazas de aparcamiento a la altura del frontón y agravará el problema de estacionamiento que ya sufren los vecinos del Casco Antiguo, que a finales de junio perdieron otra treintena de sitios tras la restauración del Baluarte de Parma. Según los datos del último impuesto de circulación, en la parte vieja de la ciudad hay 3.742 plazas para 5.378 turismos. Es decir, 1.636 vehículos, el 30%, no pueden aparcar en el Casco Viejo aunque paguen tarjeta de estacionamiento.

El lunes comenzaron las actuaciones en la bolsa de aparcamiento junto al frontón Labrit, que perderá 11 plazas de estacionamiento para acoger el carril bici. En concreto, se eliminarán las plazas en línea junto a la acera arbolada, por donde transitará el futuro eje sostenible. A estos 11 sitios, hay que sumar los otros cuatro que desaparecieron cuando el Ayuntamiento de Pamplona concedió la licencia de terraza al establecimiento Café Con Sal. “El Casco Viejo no hace más que perder plazas de aparcamiento. Nos hemos quedado con un número irrisorio”, denuncia Consuelo Corella, vecina de la calle Mercaderes. 

Consuelo, a favor de la movilidad sostenible, denuncia que los vecinos de la zona cada vez tienen menos espacios donde estacionar sus vehículos. Por ejemplo, las obras del Baluarte de Parma se tragaron antes de San Fermín una treintena de plazas de aparcamiento que se ubicaban en la zona más cercana a los corrales y en el propio muro del Baluarte, el denominado parking de las huertas de Santo Domingo. Ante esta tesitura, el concejal de Geroa Bai, Patxi Leuza, propuso que el parking frente al departamento de Educación se convirtiera en zona verde para los vecinos del barrio. Además, en febrero de 2021 se eliminaron 60 plazas de aparcamiento en la Taconera y sucedió lo mismo con la peatonalización del Bosquecillo y la calle Ansoleaga.

Como consecuencia, los vecinos del Casco Viejo tienen serias dificultades para estacionar sus vehículos. “Mi marido trabaja en el sistema de recogida de basuras de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona en el turno de noche. Sale a las cinco y media de la mañana y se pega una hora dando vueltas”, relata Consuelo. Muchas veces, su marido no encuentra ningún sitio libre y no le queda otra opción que aparcar en la zona de carga y descarga. “Me levanto a las siete de la mañana a cambiar el coche para que no nos multen. Me voy hasta la Rochapea o más allá de la calle Olite”, confiesa. 

Los vecinos del Casco Viejo también opinan que los parkings disuasorios pueden ser la solución para las personas que suben al centro de Pamplona puntualmente, pero no para las que residen en él. 

Los parkings para vecinos

Por todo ello, reclaman al Ayuntamiento de Pamplona que realice un estudio sobre cuántas tarjetas de residentes se han expedido en la zona 1 de la ciudad y el número de plazas públicas disponibles en las calles de la parte vieja. “Hay más tarjetas que sitios y siguen quitando más huecos. A esa diferencia hay que darle una solución y sin embargo siguen expidiendo más tarjetas de residentes cuando no hay espacios libres”, lamenta Consuelo. 

Como posible solución, proponen que se le de más prioridad a los residentes en los parkings públicos ubicados en el Casco Viejo y en los gestionados por empresas privadas, como el de la Plaza del Castillo, que el Ayuntamiento conceda ayudas según el nivel de la renta “porque no son precios asequibles. No tengo ningún problema en pagar por tener una plaza de aparcamiento en un parking, pero no me quiero dejar todo mi sueldo”, asegura Consuelo. 

Los parkings ubicados en el Casco Viejo o en las zonas limítrofes reservan espacios para residentes. En 1993, se inauguró el primer aparcamiento para residentes, el de San Francisco, que cuenta con 294 plazas: 215 para vecinos y 79 para el Hotel Maisonnave. El parking del Rincón de la Aduana, que se construyó en 1998, dispone de 431 plazas y 312, más del 72%, son para vecinos. El 28% restante para rotación. El de Compañía, abierto en septiembre de 2002, cuenta con 225 plazas, todas para residentes, y en el proceso de adjudicación se registraron 537 solicitudes. El de la Plaza de Toros cuenta con 700 plazas, 231, el 33 %, son para los vecinos de la parte vieja de la ciudad y en la Plaza del Castillo hay 948 plazas, casi 500 para residentes. Aún así, hay centenares de vecinos en listas de espera para optar a una plaza de estos aparcamientos.