Los precios suben, los beneficios bajan, la hostelería resiste. Así lo expresan los hosteleros pamploneses que, preocupados por la inflación, barajan varias opciones para que el consumidor no se quede en casa.

Ya en agosto, el clásico menú del día se vio afectado por la situación, con un aumento de un euro en su precio original. Actualmente, el menú del día cuesta de media 12,8 euros en el conjunto del país. En concreto, los precios de los menús en los establecimientos pamploneses rondan entre los 15 y los 25 euros, dependiendo de las zonas y de los tipos de locales.

Sin embargo, en el centro de Pamplona son pocos los locales que han aumentado los precios, exceptuando la época de los Sanfermines. “Con el dinero de la comida no se juega, es ofender al cliente”, comentaba Miguel Ángel Asenjo, encargado del bar Otano. El menú del día está a 23 euros, cuenta el establecimiento, precio que solo modifican “una vez al año, en San Fermín”, según indicaba Asenjo.

“Con el dinero de la comida no se juega, es ofender al cliente”

Miguel Ángel Asenjo - Encargado del bar Otano

En Iruñazarra, Mikel Remírez afirmaba que en su establecimiento tampoco se han subido los precios, aunque sí que se verán “obligados a hacerlo muy pronto”

También en Gure Etxea han barajado opciones para recortar gastos, y aunque no descartan seguir buscando posibilidades, el coste de los pinchos se mantiene como está. “Es una barbaridad lo que ha subido todo, pero no podemos hacer nada. Estamos resistiendo”, comentaba Natalia Rodríguez, empleada del establecimiento. 

“No hemos subido precios, aunque nos vemos obligados a hacerlo pronto”

Mikel Remírez - Encargado de Iruñazarra

En la misma situación se encuentra El Tinglado, cuyos empleados indicaban que “antes la factura de la luz era más asequible. Probablemente nos veamos obligados a subir precios, aunque todavía aguantamos un poco más”. El menú del día del establecimiento se sitúa en 15 euros, mientras que el del fin de semana ronda los 25 euros.

En el bar Río, Roberto Irurzun declaró que ya se vieron “forzados a subir los precios hace un año” y, para ellos, “no es una opción subirlos cada mes”. Sus pinchos se mantienen a 2,30 euros cada uno y las raciones a 7,90 euros.

Foto de archivo del exterior del bar Gure Etxea. Diario de Noticias

La pelea contra las facturas

Mientras algunos optan por desenchufar algunas máquinas durante la noche, otros asumen que no pueden pelear contra la subida de la electricidad.

“Para hacerle frente a la factura de la luz revisamos cada noche todo lo que tenemos enchufado. Por ejemplo, las cafeteras las apagamos a la noche y por la mañana volvemos a encenderlas”, comentaba Mikel Remírez. En su local, situado en la calle Mercaderes, han decidido prescindir de cosas que “tienen poco gasto, pero también cuentan”, continuó Remírez. 

“No es una opción ir subiendo los precios una vez al mes”

Roberto Irurzun - Encargado del bar Río

Por el contrario, en el bar Río desconectar algunas máquinas no entra en sus planes. “La vajilla no puede estar sin funcionar y las cámaras frigoríficas tienen que estar frías. No podemos desentendernos de esas cosas”, añadió Roberto Irurzun.

Triste y notablemente afectado por la situación, Remírez asumía que “al final, la última posibilidad es acabar cerrando. Pero esa tampoco es una opción para nuestro bar”.

Imagen de archivo del Iruñazarra. Diario de Noticias

El apagón de hosteleros y comerciantes

Hace apenas unos días, los hosteleros y comerciantes pamploneses reunieron fuerzas para combatir la inflación. En la calle Estafeta apagaron las luces de los establecimientos y salieron a la calle con velas para escenificar las dificultades que atraviesan debido al incremento de la factura energética, que en algunos casos ha llegado incluso a triplicarse.

Interior del bar Río Diario de Noticias

El apagón tuvo una duración de 15 minutos y fue “un toque de atención a las instituciones y a la sociedad para que sean conscientes de la situación actual del sector”, explicó la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (Anapeh).

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Apagón en los bares del Casco Viejo

En la SER, Josu Lajusticia, dueño del bar El Adoquín, expresó que “esto es increíble”. Todavía sin creerse la situación de la hostelería en el conjunto del país, detalló que “en el bar hemos pasado de pagar facturas de 1.100/1.200 euros que teníamos que pagar, a casi 3.000. Y en el almacén igual. Es decir, en el mes de agosto, de los 1.200 euros que tendráimos que haber pagado, hemos abonado 4.000”. Aturdido y sin saber qué hacer, denunció que “nunca nos había pasado esto, en la vida. Siempre hemos intentado reducir la factura, hacer inversiones, poner iluminación LED, consumir menos porque al final es en nuestro beneficio, pero lo de ahora, nada. Esto es increíble”.

“Es una barbaridad lo que ha subido todo. No podemos hacer nada”

Natalia Rodríguez - Empleada de Gure Etxea

Emilio Gallego, secretario general de la asociación de Hostelería de España, destaca que, a pesar de una subida media del 9 % en el precio del menú del día, no se ha producido un “impacto en el consumo de este producto” por parte de los consumidores. 

Gente en el exterior del bar El Tinglado Diario de Noticias

Así, la lucha de los hosteleros continúa. Según apunta Gallego, no quedará más remedio que “actualizar” el coste del menú del día debido a la “vorágine” del IPC, que durante el pasado mes de julio se situó en el 10,8 %.

Aunque en Navarra también los precios de bares y restaurantes se verán modificados, de momento la hostelería pamplonesa todavía resiste.