La asociación vecinal AZ Ekimena del Casco Viejo de Pamplona ha acudido al Defensor del Pueblo de Navarra para que les apoye en su reivindicación de una mejora de la accesibilidad al Centro de Salud del Casco Viejo.

La petición fue presentada este viernes por las vecinas Akina de la Cruz Maya y Blanca Unzué Estanga, y en la misma se expone que “en enero de 2021” la asociación de vecinos y vecinas del Casco Viejo se dirigió “al Departamento de Salud instando a la mejora de la accesibilidad del centro de salud del Casco Viejo”, señalando que “presenta abundantes barreras arquitectónicas y no favorece el acceso al mismo, con cuestas, escaleras oscuras...”. Por este problema, solicitaban que se acondicionara “la entrada al centro de salud por la calle Calderería, a afectos de solucionar los problemas de accesibilidad señalados, mediante la instalación de un barandado y portero”.

Akina de la Cruz Maya y Blanca Unzué Estanga. | FOTO: CEDIDA

Añade el escrito que “estos requerimientos al Departamento de Salud fueron recurrentes, hasta que desde el Gobierno de Navarra se acordó la cesión al Ayuntamiento de Pamplona del zaguán contiguo al Centro de Salud del Casco Viejo en la calle Calderería, a efectos de mejorar la movilidad y garantizar un correcto acceso a personas con movilidad reducida”. Sin embargo, a pesar de “la cesión y de los requerimientos por parte de la asociación vecinal, el Ayuntamiento de Pamplona no ha intervenido en garantizar un correcto acceso a personas con movilidad reducida”.

Hay que recordar que, en marzo de 2021, el Ayuntamiento de Pamplona anunció que iba a iniciar los trámites para que se mejorara el acceso al centro de salud del Casco Viejo desde la calle Calderería y estudiar la forma de eliminar los problemas de resbalones que se producen en las escaleras que conectan esa calle con la plaza Compañía, donde se ubica el centro sanitario del barrio. La iniciativa fue entonces presentada en la Comisión de Urbanismo por EH Bildu y contó con el apoyo unánime del resto de grupos municipales. Sin embargo, ha pasado más de un año y, a tenor de la queja, la problemática sigue igual, de ahí que hayan acudido al Defensor del Pueblo de Navarra como un nuevo paso en su reivindicación