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Un diseño pamplonés ha sido elegido para resignificar el Valle de Cuelgamuros en Madrid

El equipo Pereda-Pérez Arquitectos se ha impuesto entre 10 finalistas. El estudio ganó en 2013 el Premio Arquitectura Española con el centro 0-3 de Milagrosa

Un diseño pamplonés ha sido elegido para resignificar el Valle de Cuelgamuros en Madrid‘La base y la cruz’

Mientras en Pamplona se están preparando en estos momentos las bases que regirán el concurso arquitectónico para resignificar el Monumento a los Caídos, precisamente un equipo pamplonés, el estudioPereda Pérez Arquitectos, integrado por Óscar Pérez Silanes y Carlos Pereda Iglesias, junto con el estudio gallego Lignum SL, ha sido ganador del concurso convocado por el Ministerio de Vivienda para la resignificación del Valle de Cuelgamuros (antes Valle de los Caídos), en San Lorenzo de El Escorial (Madrid).

El proyecto pamplonés se ha impuesto entre los 34 propuestos.

El estudio es autor de diseños como el ordenamiento del plan Salesianos, la pasarela del Labrit o la escuela 0-3 de la Milagrosa, con la que ganaron en 2013 el Premio Arquitectura Española.

La propuesta arquitectónica 'La base y la cruz', que se ha impuesto entre los 10 equipos finalistas (34 en total habían concurrido al concurso), mantiene la cruz de 150 metros de altura, pero elimina de la escalinata vertical que da acceso a la basílica y parte en dos el monumento central. 

En palabras del secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura, y presidente del jurado, Iñaki Carnicero, la propuesta ganadora “destaca por proponer una nueva visión del conjunto monumental, creando un lugar de encuentro y diálogo, a través de un nuevo umbral que rompe con el eje vertical construido durante la dictadura para hacerlo horizontal y democrático, redefiniendo sus límites y dando mayor prioridad a la naturaleza que a la arquitectura”.

Otra imagen de la maqueta de 'La base y la cruz'

El jurado quiso remarcar que “su gesto de horizontalidad, representado por una línea de sombra que se contrapone a la monumentalidad original, implica una estrategia inteligente y de gran sensibilidad”. La propuesta propone una intervención que equilibra el peso del monumento mediante una nueva plataforma situada entre el paisaje y la basílica. Esa base, concebida como umbral y lugar de acogida, transforma la llegada en una experiencia de reencuentro entre arquitectura, historia y territorio. La sombra proyectada por esta estructura, ligera y contenida, actúa como metáfora de acogida y reflexión, invitando al visitante a una mirada distinta sobre el conjunto monumental y su memoria.