El encuentro ciudadano El mercado que tejemos juntas en torno al mercado de Santo Domingo, impulsado por la Asociación AZ del Casco Viejo y llevado a cabo entre los meses de septiembre y octubre de este año, propone que el mercado centenario tiene que recuperar su valor “social, comunitario y de encuentro, no solo como espacio de compraventa”, con la idea de que vuelva a tener “la esencia del Mercado de Abastos” de antaño.
Plantea también que en Santo Domingo se deben “priorizar los puestos de alimentación frente a usos no alimentarios”, pero, a la vez, tiene que ser un mercado que se ajuste a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades de la ciudadanía, adaptando los horarios, por ejemplo, pero también que sepa responder a la diversidad social de los vecinos y vecinas del Casco Viejo, ofreciendo desde todas las tipologías de alimentos, veganos, sin gluten, halal, etc. o de otras culturas, integrándolas en la oferta habitual. Todo ello, huyendo de la gourmetización.
LAS CONCLUSIONES
Las conclusiones forman parte del interesante trabajo llevado a cabo por AZ Sare Komunitarioa, la red del Casco Viejo, un encuentro ciudadano con cuatro mesas de debate que, según sus promotores, “ha consolidado una experiencia de participación deliberativa inédita en Navarra, ya que ha sido promovida desde la propia ciudadanía”, de tal manera que “su desarrollo ha permitido articular conocimiento técnico, experiencia cotidiana y visión comunitaria, generando una base de consenso social sobre el futuro del mercado de Santo Domingo”. Han participado una veintena de personas de forma continua (el número de inscritas llegó a 71), en su mayoría mujeres, y un 80% eran residentes en el Casco Viejo. Respecto a sus hábitos de consumo, el 35% compra en supermercados del barrio, otro 35% en el pequeño comercio del barrio y solo un 10% en los mercados municipales.
Pero ¿qué mercado necesita el barrio? Durante el proceso se ha coincidido en que el Mercado de Santo Domingo debe ser entendido no solo como un equipamiento comercial, sino como un servicio público esencial, “vinculado a la alimentación saludable, la sostenibilidad y la cohesión social”. También se ha puesto de relieve que el Mercado debe regirse por unos principios de “proximidad”, consolidándose como un modelo de economía local.
GESTIÓN PÚBLICO-COMUNITARIA
El encuentro ciudadano también ha propuesto como interesante que debe crearse un modelo de gestión público-comunitaria, compartida entre el Ayuntamiento, los comerciantes y productores, la red vecinal y la ciudadanía en general, y se recomienda también que el mercado diversifique su oferta, con productos de cercanía, ecológicos y de temporada, pero también de otras culturas. En este sentido, también debe adaptarse a los nuevos patrones de consumo, “incorporando experiencias de compra más atractivas”, y se propone además abrir el mercado a “nuevas funciones sociales” convirtiéndose en un espacio vivo de encuentro, con actividades y talleres. Todo ello, además, con una mejor comunicación interna y externa, con una imagen de marca y un grupo dinamizador que lo den a conocer.