Javier Urriza Torres (Pamplona, 9/11/1981) se despidió a lo grande del remonte profesional. El delantero de Pamplona tuvo el mejor adiós imaginable rodeado de amigos, familia, compañeros de remonte y aficionados que llenaron este sábado el frontón Galarreta de Hernani. El resultado de su último partido como profesional no era lo más importante del día, pero nunca está de más ganar y Urriza lo hizo con brillantez. Acompañado por Azpiroz, se impuso por un doble 15-12 a Aldabe y Barrenetxea IV. Ambas mangas fueron calcadas. Los azules iniciaron mejor los parciales, pero los colorados fueron de menos a más. Aldabe y Barrenetxea IV ganaban 9-12 en los dos sets, pero sendos parciales de 6-0 de Urriza y Azpiroz les otorgaron la victoria sin necesidad del juego de desempate.
El delantero de Pamplona demostró que se retira en lo más alto. Sigue en plena forma y siendo una figura. Demostró su clase, su defensa, su ataque, su calidad, su técnica... Una vez más en sus casi 18 años de carrera en el remonte (antes fue palista).
Tras el partido y antes del mismo recibió los más que merecidos homenajes de unos y otros. Nadie se quiso perder la despedida de uno de los más grandes del remonte. Y todos destacaron por encima de su labor como deportista su humanidad. Se marcha un gran hombre por encima de un gran deportista. Un ser humano excepcional que ha firmado y escrito de las páginas más brillantes de la historia del remonte.
Todo eso se vio en un video emocionantísimo, pero los regalos y las palabras de agradecimiento de unos y otros pusieron un broche de oro a su carrera. Se va un campeonísimo remontista, pero se queda para siempre la persona en mayúsculas. Sus alrededor de 30 txapelas son historia del remonte y eso nadie lo borrará, como tampoco se borrará su sonrisa, aunque en su despedida también brillaron las lágrimas, sobre todo al recordar a su madre, Resu Torres, fallecida el pasado mes de abril. En el primer partido, Ansa y Juanenea ganaron a Ezkurra II y Larrañaga, por 15-10 y 15-11.