Todo empezó un día de San Ignacio
El 31 de julio de 1959 un grupo de jóvenes decide dar el nombre de Euskadi ta Askatasuna, organización que ha sobrevidido 52 años
pamplona
Oficialmente todo empezó un día de San Ignacio. El 31 de julio de 1959 un grupo de jóvenes con fuertes convicciones nacionalistas utilizó por primera vez el nombre Euskadi ta Askatasuna (ETA). Fue en una carta que enviaron al dirigente jeltzale, Jesús María de Leizaola. Sin embargo, la macabra historia de ETA comenzó años atrás. En 1952, una serie de estudiantes universitarios formó el grupo Ekin en Bilbao. Un año después el grupo tomó contacto con la organización juvenil del PNV y en 1956 ambas organizaciones se unieron. Redactaron una ponencia conjunta en el primer Congreso Mundial Vasco, celebrado en París, en el que exponían sus diferencias con los dirigentes nacionalistas en la estrategia de lucha contra la dictadura franquista. Pero las tensiones entre Ekin y EGI no se hicieron esperar y ambas organizaciones decidieron llevar caminos separados. Ekin propugnaba una estrategia de "acción directa". Así, a finales de 1958, José Luis Álvarez Emparantza, Txillardegi, Benito del Valle, Julen Madariga e Iñaki Larramendi se reunieron en Deba, donde decidieron aceptar el nombre de Euskadi ta Askatasuna propuesto por Txillardegi. Nacía así una organización que ha permanecido activa durante algo más de 52 años y cuya historia está llena de escisiones.
La primera acción violenta que cometieron fue el 18 de julio de 1961 cuando intentaron hacer descarrilar un tren con voluntarios franquistas que viajaban a Donostia para conmemorar el "alzamiento nacional". Al año siguiente celebraron su primera asamblea en el monasterio benedictino de Belloc, donde fijaron como principios de su ideario, el regeneracionismo histórico, la aconfesionalidad, la valoración del euskera como elemento clave de la nacionalidad y la independencia de Euskadi. Dos años después, el Partido Nacionalista Vasco mostró su desvinculación rechazando sus métodos violentos.
En la II Asamblea, celebrada en Baiona en la primavera de 1963, los elementos izquierdistas van tomando fuerza, constatándose afinidades entre el ideario de ETA y el comunismo. Es en la III Asamblea, en mayo de 1964, cuando se aprueba la ponencia La Insurrección en Euskadi, que dice que la lucha armada es el mejor modo de conseguir los fines propuestos.
A partir de ese momento, comienzan los atentados. A la hora de señalar cuál fue el primero, existen dudas ya que el asesinato de la niña de 22 meses, Begoña Urroz Ibarrola, el 27 de junio de 1960, al estallar una bomba en la estación de Amara de Donostia, nunca fue reivindicado por ETA.
Primer atentado mortal
José Pardines
El primer atentado mortal reivindicado por ETA tuvo lugar el 7 de junio de 1968 en Donostia con el asesinato del guardia civil José Ángel Pardines. Ese mismo año cometieron otro atentado que tuvo una gran repercusión. La víctima fue el jefe de la Policía secreta de Donostia, Melitón Manzanas. Sin embargo, en los primeros tiempos de vida de la organización terrorista, el atentado de mayor repercusión durante la dictadura franquista fue el asesinato del presidente del Gobierno, Carrero Blanco, cometido en diciembre de 1973.
La evolución histórica ETA está plagada de escisiones. En la IV Asamblea, celebrada en agosto de 1965 en Gipuzkoa, en la casa de ejercicios espirituales de los Jesuitas de Loiola, aparecieron las primeras fracturas. Comenzaba a existir diferencias de criterio entre la preeminencia de la lucha política frente a la armada. Al final, se aprobó el uso de la violencia como una de las formas de acción habituales. También se aprobó la utilización para conseguir fondos económicos. De hecho, el primer atraco a mano armada tuvo lugar en Vergara el 24 de septiembre de 1965.
En la V Asamblea, celebrada en diciembre de 1966 en la casa parroquial de Gaztelu, se produjo la primera escisión. Estallaron las divergencias entre obreristas y nacionalistas. Los primeros crearon una nueva organización denominada ETA Berri y los segundos quedaron encuadrados en ETA Zaharra. Al final, ETA Berri acabó por disolverse y sumarse al Movimiento Comunista (MC). El verano de 1970 resurgieron las tensiones durante la VI Asamblea que tuvo lugar en Baiona. El goteo de escisiones se iba produciendo. Algunos abandonaron la organización para integrarse en partidos políticos como la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) y otros en la ORT y el PCE.
VI Asamblea
ETA (m) y ETA (pm)
La escisión más importante llegó en 1973 tras la celebración de la VI Asamblea. En realidad se desarrolló en dos partes. La primera en Hasparren, en agosto de ese mismo años, y la segunda, en 1974 tras el atentado de la calle Correo de Madrid. Las tensiones aumentaron cuando los militaristas decidieron unilateralmente atentar contra Carrero Blanco, provocando la escisión del sector obrerista, que se constituiría posteriormente en Langile Abertzale Iraultzaileen Alderdia (LAIA). Tras el atentado indiscriminado de la calle Correo de Madrid, surgieron los milis (provenientes del frente militar de la organización y los poli-milis, procedentes del Frente Obrero. Así, se dividieron en dos organizaciones: ETA militar y ETA político-militar, siendo esta última la mayoritaria.
Muerto Franco, ETA-pm apoyó la fundación de un partido político que representara el ideario de la organización ante las primeras elecciones generales de 1977, que se denominó EIA y participó en los comicios a través de la candidatura Euskadiko Ezkerra. En 1982, la facción VII Asamblea de ETA-pm aceptó la amnistía concedida por el Gobierno español a todos los presos y exiliados etarras aunque tuvieran delitos de sangre, abandonando la violencia e integrándose en Euskadiko Ezkerra. Buena parte de la militancia de ETA-pm, los milikis y los comandos bereziak se integraron en ETA militar, que a partir de ese momento ya sería conocida como ETA a secas.
Lucha armada
Guerra de desgaste
ETA consideraba que con el sistema constitucional posterior a 1978 las cosas no habían cambiado sustancialmente, ya que consideró a la naciente democracia como una continuación de la dictadura franquista. En 1978, reforzada por la unión de los berezis, cambió de estrategia y adoptó la conocida como guerra de desgaste, que consistía en asesinar a miembros del Ejército y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para presionar al Gobierno y obligarle a aceptar la Alternativa KAS. Por otra parte, apoyó la creación de la coalición Herri Batasuna (HB), que en un principio fue una alianza entre cuatro partidos (HASI, LAIA, ESB y ANV).
Los atentados terroristas aumentaron en número e intensidad. Destacan el secuestro y asesinato de José María Ryan, ingeniero-jefe de la central nuclear de Lemoniz en 1981, que formó parte de la estrategia de ETA-m de instrumentalizar los movimientos sociales autónomos que habían ido surgiendo en Euskadi. El primer atentado con coche bomba en Madrid, en septiembre de 1985, tuvo como resultado un muerto y 16 heridos; la bomba que mató a 12 guardias civiles e hirió a 50 en julio de 1986 en la Plaza de la República Dominicana de Madrid; o el atentado de Hipercor, el 19 de junio de 1987, cuando pusieron una bomba en un centro comercial de Barcelona, que causó la muerte de 21 personas e hirió a 45. ETA explicó en un comunicado que había avisado previamente de la colocación de la bomba y que la Policía no desalojó el local.
Tras el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, donde fallecieron 11 personas, los partidos políticos reaccionaron firmando el Pacto de Ajuria Enea, el 12 de enero de 1988, con José Antonio Ardanza como lehendakari. Ese mismo año, ETA anunció el primer alto el fuego de su historia, durante el cual el Gobierno socialista presidido por Felipe González mantuvo negociaciones con la organización armada en la denominada Mesa de Argel. Una negociación que terminó sin resultados.
Posteriormente, en 1992 se produjo la primera caída importante de la cúpula de ETA. Fue en Bidart. Tardó años en recomponerse. Se rehizo y en 1995 intentó asesinar a José María Aznar, entonces líder de la oposición. Una vez que es nombrado presidente del Gobierno, ETA intensifica las acciones de gran impacto mediático: los secuestros de Ortega Lara y Cosme Delclaux y el asesinato del concejal del PP en en Ermua, Miguel Ángel Blanco.
El 16 de septiembre de 1998, ETA declara una tregua indefinida y sin condiciones, cuatro días después de firmarse el Pacto de Lizarra. Iniciada la tregua, el Gobierno de Aznar negocia con ETA en Suiza, que culmina sin éxito. En diciembre de 1999 declaraba el fin del alto el fuego. Al año siguiente cometió 23 asesinatos. En 2006 hubo otro alto el fuego. La presión policial de los últimos años han hecho que disminuyera la actividad delictiva. En marzo de 2010 anunció otro alto el fuego. Ayer fue el definitivo.
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