- La negociación del pacto presentado el pasado septiembre por Bruselas para desbloquear de una vez por todas la reforma migratoria en la Unión Europea se ha atascado nada más empezar, con lo que corre el riesgo de provocar una nueva división entre los países en primera línea y los contrarios a reubicar a solicitantes de asilo.

El enorme aumento de las llegadas de pateras a Canarias en los últimos meses y la situación en la isla de Lesbos son los dos últimos ejemplos de lo urgente que es resolver este asunto, convertido en una de las prioridades para la Comisión que preside Ursula von der Leyen.

A finales del pasado septiembre, Bruselas presentó su propuesta de pacto migratorio y de asilo, que se esperaba impulsar hasta diciembre coincidiendo con la presidencia alemana del Consejo de la UE. Aunque la Comisión sabía que la propuesta no iba a gustar a nadie en un primer momento, las consultas previas mantenidas durante meses con las autoridades de todos los países hacían confiar que se podían vencer fácilmente las resistencias del pasado. En estos momentos no hay garantía de que eso vaya a ocurrir, sobre todo desde que esta misma semana España, Italia, Grecia y Malta criticaran públicamente la propuesta en una carta enviada a la Comisión Europea, que califica el plan de "desequilibrado" y "no realista". La Comisión confirmó el jueves haber recibido la carta dirigida a Ursula von der Leyen, quien responderá "en su debido momento".

Alemania quería tratar de lograr un acuerdo político en diciembre sobre algunos elementos de ese pacto, pero las diferencias entre los Estados y la imposibilidad de reunirse físicamente por la pandemia, hace muy difícil ese objetivo, explicaron fuentes diplomáticas.

Al final, probablemente en el Consejo de ministros del Interior del próximo 14 de diciembre, se elaborará un informe de progreso donde se mencionarán los aspectos donde hay más convergencia y aquellos en los que existe menos, y se pasará el testigo a la próxima presidencia, que ocupará Portugal, para que siga trabajando en la negociación.

En la reunión que los embajadores de los países ante la UE celebraron este miércoles en Bruselas se pusieron de manifiesto las diferencias y tensiones existentes entre los países. Por un lado, los que soportan una gran presión migratoria insistieron en que hace falta más solidaridad de los Estados miembros y pidieron una reubicación obligatoria de los solicitantes de protección internacional. La propuesta de pacto descarta las cuotas obligatorias de refugiados y permite optar entre su acogida, el apoyo logístico a los países donde llegan los flujos o participar en las "devoluciones patrocinadas". En ese último caso, el pacto prevé que los Estados que se comprometan a gestionar y financiar expulsiones, se queden con los migrantes que por algún motivo no consigan repatriar en el plazo de ocho meses (cuatro meses en situaciones de crisis).

Por otra parte, los países en primera línea critican que no haya más claridad acerca de la manera en que se va a trabajar con terceros países para promover acuerdos para hacer frente a la inmigración ilegal y definir los instrumentos financieros para apoyar ese esfuerzo.

Austria y los países de Visegrado (Hungría, Eslovaquia, Chequia y Polonia) opinan que participar en los retornos patrocinados es una manera de entrar en la obligación de acoger en su territorio a migrantes, idea que rechazan de plano. Además, temen que ello pueda provocar un "efecto llamada".

Entre unos y otros, hay muchos Estados miembros que podrían aceptar la propuesta de Bruselas.

Bruselas defiende que su propuesta de pacto migratorio y de asilo quiere evitar los errores del pasado y apostar por un "nuevo comienzo". El plan migratorio descarta obligar a los países de la UE a acoger solicitantes de asilo y apuesta por proteger las fronteras y agilizar el retorno de quienes no pueden permanecer en la Unión.

Pacto migratorio. A finales del pasado septiembre, la Comisión Europea presentó su propuesta de pacto migratorio y de asilo que desbloqueaba la reforma migratoria en la Unión Europea.

Crítica de países. España, Italia, Grecia y Malta critican la propuesta en una carta enviada a la Comisión Europea, que califica el plan de "desequilibrado" y "no realista".

Evitar los errores del pasado. Bruselas defiende que su propuesta de pacto migratorio quiere evitar los errores del pasado y apostar por un "nuevo comienzo".