l Grupo Mixto del Senado corre el riesgo de convertirse en un hiperpoblado “camarote de los hermanos Marx” donde cada vez tenga menos peso la voz de las minorías de la Cámara Alta porque el previsible aumento de sus miembros hará que toquen a menos en el reparto de tiempos y en los cupos de iniciativas. Las alarmas han saltado en el grupo en el que participa el senador de UPN, Alberto Catalán, a raíz de la incorporación de Emilio Argüeso y la navarra Ruth Goñi, que han abandonado Ciudadanos por la crisis interna que ha roto al partido naranja. Se da la circunstancia de que Catalán , Goñi y Amelia Salanueva (PP) concurrieron juntos en la candidatura de Navarra Suma, pero hasta ahora han venido ocupando grupos parlamentarios diferentes.

Senadores de Teruel Existe, Unión del Pueblo Navarro (UPN) y el Partido Aragonés Regionalista (PAR), todos integrados en el Grupo Mixto, constatan su enorme “preocupación” por una situación que puede volverse insostenible. Con la próxima designación de los senadores por Madrid y Catalunya, el Grupo Mixto puede pasar de diez a 15 ó 16 miembros. Por ello reclaman soluciones, como rebajar a seis el número de senadores exigidos para formar grupo parlamentario propio.

El Reglamento actual obliga a contar con un mínimo de diez senadores para poder formar grupo propio pero permite que después baje a seis sin que comporte su disolución, así que los mayoritarios ceden alguno de los suyos temporalmente para formalizar su constitución. Se trata, según la reforma propuesta en el reglamento, de un “evidente agravio comparativo” que deja a la voluntad “discrecional” de las mayorías la habilitación de grupos, lo que se evitaría cambiando el artículo 27 del Reglamento, de modo que se reduzca ese requisito de diez a seis senadores y se acabe con el régimen de préstamos.

Las maniobras para escapar al embudo que supone este grupo ya han empezado, y así Fabián Chinea, de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), acaba de pasar a otro grupo, la Izquierda Confederal. Allí conviven seis senadores autonómicos, entre ellos el de Navarra, Koldo Martínez, de Geroa Bai. Pero van a perder a la catalana Sara Vilà (En Comú Podem), así que la incorporación de Chinea garantiza la supervivencia del grupo.

En cambio, el Mixto cuenta ahora con tres senadores de Vox, dos de Teruel Existe, uno de UPN, otro del PAR, uno más del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y dos procedentes de Ciudadanos, la navarra Ruth Goñi y el valenciano Emilio Argüeso. Un número que según Clemente Sánchez Garnica (PAR) todavía es manejable, pero que si sigue aumentando mucho más -él y sus compañeros calculan que puede subir entre cuatro y seis miembros- hará del Mixto un “grupo absolutamente imposible de gestionar”.

Sin embargo, las variables que determinarán cómo quedará a partir de septiembre son muchas. Porque también cuenta si Más Madrid mantendrá su senador integrado en la Izquierda Confederal, si Vox puede sumar o no uno por Madrid, si Ciudadanos renueva los dos que tiene designados por la asamblea madrileña... Pero desde el actual grupo se insiste en que el panorama apunta claramente a la temida saturación. “Lo ideal sería dividir el Grupo Mixto en dos, reglamentariamente es complicado, pero se podría conseguir con voluntad política y el apoyo y comprensión de los grupos mayoritarios”, explica Sánchez Garnica, quien lamenta que un año después de la propuesta de reforma del Reglamento ni el PSOE ni el PP se hayan pronunciado al respecto.

Con diez senadores -y subiendo- el problema es que cada formación dispone cada vez de menos tiempo para intervenir en los plenos por mucho que la Presidencia actúe con flexibilidad y además se reducen las posibilidades de formular preguntas en las sesiones de control, insiste Joaquín Egea, de Teruel Existe.

Este senador califica de auténtica “locura” que el grupo Mixto pueda acabar con 15 senadores, los mismos que ERC, el tercer grupo parlamentario de la Cámara tras PSOE y PP, y recuerda que los portavoces de turno insisten en cada Junta de Portavoces en plantear el problema de la “poquita voz” que se les está quedando a las minorías en una Cámara que se dice territorial.

En similares términos, el senador de UPN Alberto Catalán lamenta la falta de atención que tanto en la Mesa del Senado como en las reuniones de la Junta reciben los portavoces del Mixto ante sus reiteradas quejas y recalca la necesidad de encontrar soluciones. Porque, y en eso coincide con los otros senadores de su grupo, si el Senado es una cámara territorial debe demostrarlo y procurar que los senadores de las minorías puedan desempeñar la función representativa para la que fueron elegidos.