l ministro Garzón, en su profunda incuria intelectual, ha conseguido que los chavales que antes se dedicaban a frecuentar las apuestas deportivas hoy se apasionen por las criptomonedas. Por explicarlo para profanos: cualquiera puede inventarse y poner en circulación una cripto, presentándola como una gran oportunidad para multiplicar lo que se invierta en ella. Es una promesa de negocio especulativo, algo que se revaloriza no porque genere un valor mensurable, sino por las ansias que tengan otros de poseer lo mismo. Ganar pasta dividiendo un mercado entre listos y tontos. Desde el teléfono móvil puedes mover tu dinero y esperar a que te lleguen las notificaciones de que vas ganando, como por arte de magia, por causa de otros ingenuos que quieren lo mismo que tú has comprado antes. Hasta en la COPE, la emisora de los obispos dedicada con fruición a adorar al becerro de oro, anuncian aplicaciones para que cualquiera se meta en un mundo que tiene más de estafa que de otra cosa. En el argot de los jóvenes protoinversores ha aparecido una palabra, holdear, que proviene del inglés "hold" (sostener, aguantar), y que viene a decir que aunque el nominal de la cripto caiga, es mejor no venderla, porque si nadie vende con el tiempo acabará subiendo. "Hay que holdear con cojones", dice un tuitero influyente en este negocio. "Aquí se holdea" es el lema de los que voluntariamente se meten en las tinieblas de los pelotazos que puedes pegar mientras tonteas con el móvil después de cenar.

Holdear, como sinónimo de mantener el culo prieto a costa de cualquier evidencia, es también un verbo que se conjuga en política. Que se lo digan a José Javier Esparza, que tras purgar nepóticamente a quienes molestaban a una estrategia que el señorito ha decidido por sí y para sí, se dedica últimamente a dos cosas principales. Una, a montar reuniones con cualquiera que se le cruza por delante, sin duda una manera de blanquear su mala conciencia. Y dos, a ponerse incondicionalmente al servicio parlamentario del PSN, en un intento ridículo de que le quieran un poquito y le elijan en alternativa a otros. Cantó la gallina, sin pudor alguno, y de nuevo ahí está la UPN del paraguas para lo que el socialismo disponga. Creerá que puede hacer renacer las glorias del régimen, y si el destino lo quiere, ocupar de nuevo despacho en Palacio. El de Aoiz está dejando a su partido para los restos, porque junto a tan clamoroso error de análisis muestra a la sociedad navarra que lo de menos es el proyecto político, y lo de más el juego de las sillas. Votarles puede servir para cualquier cosa, y ejemplos nutridos de desvaríos se ofrecen cada jueves en el parlamento. Lo que de verdad sorprende es que a un tipo con tan mediocre cartilla de servicios los suyos le estén permitiendo planificar las pompas fúnebres de lo que antaño fue la mayor referencia política de la Comunidad foral. Por cierto, José Javier, en las reuniones que estás teniendo con tus comités locales no digas que se ha echado a Sayas y Adanero con la misma legitimidad que se echó a Cervera, porque a mi UPN no me llegó a expulsar. Me marché unos minutos antes, y no se me pudo aplicar prescripción estatutaria alguna por más que Sanz se empeñara. No mientas, que te vas a condenar como los avaros de la COPE.

Otra que holdea es Nadia Calviño. Siendo tan fácil ridiculizar a ministros de parvulario como Belarra, las Montero o el mentado Garzón, parece que la de Economía es sobresaliente. Y no. Es la peor. La peor de todo el Consejo, en franca competencia con Ribera, la que se ocupa del recibo de la luz. Calviño es quien más miente, la que es plenamente consciente de que los desequilibrios económicos del país son letales, y en cambio tiene el cuajo de hablar de "crecimiento robusto" y "líderes europeos en fortaleza". España cerró 2021 con un desfase presupuestario de 82.819 millones de euros. Cada español genera una deuda de cinco euros al día. La previsión de crecimiento de este año se ha bajado al 4,3%, desde el 7% que figuraba en el cuadro macro de hace pocos meses. El recálculo implica aceptar que la recuperación de los niveles de PIB previos a la pandemia no tendrá lugar hasta el primer semestre de 2023, cuando la media de la UE logró ese hito al cierre de 2021. En el horizonte, el cierre del grifo benefactor del BCE. Los peores, camino del colapso, y no por culpa de Putin. Calviño encantada, mintiendo, holdeando.

Esparza cree que con el PSN puede hacer renacer las glorias del régimen, pero está dejando a su partido para los restos

Por cierto, Esparza: a mí UPN no me llegó a expulsar porque me marché unos minutos antes. No mientas, que te vas a condenar