Un estudio realizado por investigadores del Centro Médico Universitario George Washington (Estados Unidos) demuestra que las personas con obesidad dejan de asistir con regularidad al gimnasio no porque piensen que no sirve de nada, sino porque las emociones negativas, asociadas a su aspecto físico y tener que hacer ejercicio en público, les "desmotivan" para hacer deporte. Un total de 1.552 personas participaron en este estudio, 989 con problemas de sobrepeso. Los investigadores analizaron los intentos de realizar ejercicio realizados por los individuos con sobrepeso a través de un sondeo on line que estudiaba la actitud del individuo sobre el comportamiento en cuestión, su percepción de la presión social que llevaría a actuar según este comportamiento y la facilidad o dificultad con la que puede llevar a cabo este comportamiento. Los resultados demostraron que las personas con sobrepeso piensan que el ejercicio puede mejorar su apariencia física, no obstante, se sienten más avergonzadas o intimidadas al practicar deporte en gimnasios, sobre todo de hacerlo entre gente joven, entre gente entrenada o ante personal de gimnasio.