El Parque Natural del Moncayo es uno de los más emblemáticos y valiosos de la península ibérica. Con algo más de 11.000 hectáreas, su altitud y aislamiento le han dotado de una riqueza vegetal excepcional que cuenta con hayedos, robledales y abedules. Venerado desde época pasadas, es uno de los espacios naturales más importantes de Aragón y reúne una gran diversidad de ambientes, desde zonas extremadamente secas a exuberantes hayedos y bosques. Estos ecosistemas sirven de hábitat a una nutrida fauna, como jabalíes, corzos, tejones, águila real y otras rapaces.

Tanto el parque como sus alrededores ofrecen una amplia red de senderos. A continuación, te mostramos tres pistas irresistibles para gozar a fondo de este paraíso natural.

Escultura en homenaje a las brujas de Trasmoz. Turismo de Aragón¡

El hayedo de Peña Roya

El Parque Natural del Moncayo invita a perderse entre sus bosques, pero para no perderse sin retorno, lo mejor es hacerlo con rumbo fijo y para ello, la Red de Senderos será nuestro mejor aliado. Están identificados por las siglas “AG” y, están perfectamente señalizados con indicadores y paneles interpretativos para que el visitante descubra sin problema todos los tesoros del parque.

El sendero del hayedo de Peña Roya es la joya de la corona de las rutas del Parque Natural del Moncayo. Es una ruta fácil y especialmente bonita en primavera y otoño. En esta zona hay dos hayedos, siendo el de la parte aragonesa el más conocido y accesible.

La ruta comienza en el aparcamiento de la Fuente de Sacristán, donde se debe estacionar el coche. El camino no tiene pérdida, basta con seguir las marcas pintadas en los árboles. Tras un primer tramo en ascenso entre la densidad del bosque, unas escaleras permiten atravesar el pinar del Moncayo, con ejemplares de 20 y 30 metros de altura.

La ruta tiene una distancia total de 7,7 kilómetros y acumula 305 metros de desnivel de subida y 295 metros de desnivel de bajada.

El castillo de la localidad de Trasmoz. Turismo de Aragón

El encinar de Maderuela

La ruta por el encinar de Maderuela también es circular y es la más corta de las cuatro propuestas, con apenas cinco kilómetros. El paseo comienza en el kilómetro 2,5 de la carretera que une el Monasterio de Veruela con el Parque Natural, en el término de Vera de Moncayo. Los vehículos se pueden dejar en un descampado a la izquierda de la vía para arrancar desde allí la caminata a pie.

El primer tramo del paseo va en paralelo al barranco del Prado y pronto aparece la fuente de Maderuela. El encinar de Maderuela es frondoso y habitan jabalíes y corzos, así como muchas aves. El paseo continúa por el GR-90, pasando por las colmenas de abejas y llegando finalmente hasta las cuevas de Maderuela, próximas a la carretera y al aparcamiento.

Aunque por su extensión esta ruta es un paseo sencillo, transcurre por senderos muy poco transitados, por lo que algunos tramos pueden resultar más complicados al estar llenos de zarzas. Por eso, esta ruta no se recomienda para hacer con niños y se aconseja llevar pantalón largo y bastones.

Alcalá del Moncayo, a los pies del Moncayo. Turismo de Aragón

El encinar de Valdeabeja

La caminata parte desde la localidad de Alcalá de Moncayo, atravesando el pueblo por la calle principal y pasando por el lavadero y un depósito de agua. Antes de abandonar el casco urbano merece la pena recorrer sus calles para ver su arquitectura y sus fachadas. Para, incluso, adivinar los restos de su castillo.

Una vez llegados al bosque, hay que tomar el sendero GR-260 en dirección Talamantes. Durante todo el camino, las peñas de Herrera acompañan al senderista al fondo del barranco. Esta ruta es circular y basta con seguir las marcas rojas y blancas del sendero de Gran Recorrido para continuar con el camino de vuelta hacia Alcalá de Moncayo. La distancia total ronda los diez kilómetros y no presenta prácticamente desnivel.