Caras de Póquer Navarra se apunta al juego de moda

EL pre-flop, flop, turn, river y show down; la ciega pequeña y la ciega grande; el croupier o dealer; la escalera real de color, full, trío o pareja. El póquer ya no es un forastero en la Comunidad Foral y cuando se escucha hablar del Texas Hold"em (la variación de póquer más popular en todo el mundo) ya no hay duda de a qué se está jugando. En Navarra, la expectación por el póquer crece cada día a pesar de que no haya casinos. Las cuadrillas de amigos se juntan en sus locales, pisos o incluso en bares en los que se organizan las llamadas timbas, en las que se busca pasar un rato entretenido y agradable con los amigos. Hay otros que ven su atractivo en las apuestas y las consiguientes ganancias. Por su parte, la Asociación Póquer Pamplona, ubicada en Ansoáin, busca fortalecer el juego desde las instituciones, y formarse en él para que esta afición poco a poco se convierta en algo más serio dentro de la Comunidad Foral.

José Puerta Alemán y Anna Sánchez González son dos de los 17 socios, de entre 22 y 41 años, que forman la Asociación Póquer Pamplona (www.pokerpamplona.com), o como ellos se reconocen, son el garito de KGB, en honor a una sala de juego llamada así en la película Rounders (1998). Aunque algunos de ellos se conocieran de antes, llevan seis meses como asociación, participan en torneos interclubes de la CAV y en torneos satélites (vía on line) para conseguir entradas y acudir a campeonatos (el año pasado uno de los socios participó en el Torneo de Póquer en Latinoamérica, en Uruguay, quedando el 93º de 510 jugadores), pero algo que tienen claro es que "queremos gente interesada en aprender a jugar, que se comprometa", explica el informático Puerta.

La única chica de la asociación, Anna, opina que "es un deporte de competición, es muy complejo, hay que leer mucho, ser constante y meterle mucha disciplina; no es sólo apostar dinero en una mesa", defiende la administrativa. "Estamos hartos de luchar por el póquer, nuestra idea es poder hacer torneos o un campeonato en Pamplona, pero desde la Comisión de Juego de Navarra no nos hacen caso", se lamenta Puerta.

Sánchez y su marido -y también socio-, Miguel Chaparro Pascual, participan en torneos y en el CEP (Campeonato de España de Póquer) que consta de 12 etapas y la final. "Mi padre nos regaló un maletín de fichas y cartas y a raíz de eso comenzamos a aprender", comenta la jugadora, que quedó 6ª de 369 competidores en la primera etapa del CEP en Girona. Aunque el boom del póquer on line es inevitable y a todos les gusta, los socios suelen reunirse una o dos veces por semana para jugar una partida "en vivo", "es más divertido entre amigos, pero en las competiciones hay que ganarse un respeto y más siendo una chica; hasta que no te ven jugar una mano no se fían de ti", argumenta Sánchez.

Mikel -nombre ficticio- es de San Sebastián, tiene 29 años y trabaja en Pamplona. Su afición por el póquer le ha llevado a escribir artículos sobre el mismo en una revista gratuita de San Sebastián. Pero su simpatía por este juego es diferente. Lleva compitiendo al póquer on line (en el portal web PokerStars.com) desde 2005, "jugando hora y media al día, gano sobre 400 euros al mes", afirma el joven. Con ese "sobresueldo", Mikel paga el alquiler de su piso. "El póquer me ha dado autonomía, para mí es una rutina, y es como un trabajo", declara.

Para conseguir los resultados, el guipuzcoano sigue una estrategia definida, ayudado siempre por un programa de estadística llamado Hold"em Manager. "Hay que jugar a favor de la estadística; si no, pierdes en el futuro", asegura. El mismo programa administra las partidas, señala lo que se ha ganado y lo que se debería haber ganado. Como en cualquier otro trabajo, para Mikel es fundamental la paciencia y el orden para obtener ese beneficio; en su caso, para pagar el alquiler.

retirarse, igualar o subir "Preferimos el mus, pero el póquer es mejor para juntarnos más amigos", explican Alberto Chacobo y Carlos Laidler, profesor del Conservatorio de Barakaldo y estudiante del Conservatorio Superior de Música de Pamplona, respectivamente. A los demás les hace más gracia el póquer, por eso, estos jóvenes de entre 23 y 26 años se juntan para echar de vez en cuando una partida en su piso de Iturrama. Aprendieron a jugar hace dos años unos de otros, descargando juegos de Internet y visitando páginas web de las miles de escuelas de póquer que se encuentran en la Red. Un ejemplo es Los Pelayos (http://lospelayospoker.com).

Iñigo Urra, vecino de Villatuerta y estudiante de Ingeniería Técnica Industrial de Electricidad, y Guillermo Molina, soriano y estudiante del Conservatorio Superior de Música, suelen jugar también al póquer on line pero prefieren indiscutiblemente hacerlo en vivo: "Cuando mientes no es contra una máquina", defiende Molina. Para Asier Jiménez, de Ondarribia y profesor de Lenguaje Musical, es mejor jugar cara a cara: "Ves las reacciones de cada uno en directo". Cuando tienen que decidirse por el "experto" del grupo, ninguno se menciona, aunque la noche de la entrevista, el que más manos ganadas lleva a mitad de la partida es Chacobo. "Fíjate, siempre se levanta cuando le toca repartir", bromean todos, señalando que ésa puede ser la razón de su buena racha. Pero el desarrollo de la partida es incierto, y una buena jugada le devuelve un montón de fichas al estudiante de Ingeniería. "En Villatuerta nos solemos juntar los sábados y a veces apostamos 5 euros, luego podemos reengancharnos y poner 5 más para seguir jugando; pero es algo simbólico", comenta Urra. Para los chicos, el dinero no es importante, y aunque se encuentran en la "fase de iniciación", a algunos como a Urra les gustaría aprender más sobre el póquer. Por su parte, Molina piensa que "las intenciones se quedan aquí".

Para la timba de esta noche en Iturrama se han unido Alice Anderson y James Toolan, procedentes de Dublín y Belfast (República de Irlanda e Irlanda del Norte). "Solemos jugar sólo chicos, pero no porque queramos, esto está abierto a todo el mundo", comenta Jiménez. Anderson y Toolan se encuentran en Pamplona en un curso de excedencia de sus carreras (Ciencias Políticas ambos y Sociología Anderson) para trabajar como profesores de Inglés y aprender castellano. Para ellos el póquer es "el juego de cartas más popular en Irlanda y Reino Unido, después del bridge, claro", puntualiza Anderson. Toolan explica que "nos jugábamos unos 20 peniques o una libra, pero a mí no me gusta nada apostar". A Anderson el póquer le encanta, "es un juego muy social y emocionante; es muy popular en la universidad, tanto para chicos como para chicas". La dublinesa apuesta con sus compañeras unos 5 ó 10 euros, "pero para los chicos es algo más serio, y apuestan desde 20 hasta 50 euros", afirma. Así lo demuestra la capital de la Isla Esmeralda, en la que se celebra el Irish Open, el torneo de póquer más grande de Europa y segundo después de las SMP (Series Mundiales de Póquer), en Las Vegas.

Otras cuadrillas de Pamplona se congregan en el Pub Morrighans Celtic Corner, en la calle San Gregorio de Pamplona. Iván Garro, propietario del establecimiento, convoca a través de Facebook partidas de póquer los domingos y los martes por la tarde. Rubén Gorria, Sonia Penninckx, Javi Etxenike, Andrés Ángel y Juan Ferreras son un grupo de amigos que no perdonan esa tarde noche de timba. "Podemos jugar de 7 a 8 horas seguidas, y los que van siendo descalificados se montan otra partida en la mesa de al lado", explica la única chica, Penninckx, francesa y residente en Pamplona desde hace cinco años. Según Ángel, a Sonia hay que tenerle miedo, aunque todos señalan como experto a Gorria y como buen jugador a Ferreras. Su afición va más allá del dinero y para ellos "el sueldo no da para tirar dinero, nunca apostamos", sentencia Ferreras. Otro aspecto que no cambian por jugar on line es el contacto visual y físico. "Jugar por Internet es muy aburrido", opina Gorria.