"El síndrome de abstinencia emocional es mucho más peligroso que el físico"
pamplona. Lleva mucho tiempo compaginando su actividad investigadora con la de divulgación: ¿están los jóvenes informados sobre las consecuencias del consumo de drogas?
Informados están, lo que ocurre es que hoy en día, muchas veces la información no es tan fiable como debería. Por eso, lo más importante es esclarecer ciertos aspectos que ellos tienen como mitos, que son los que muchas veces favorecen el consumo. Hay que darles argumentos científicos para demostrar qué parte es mito y cuál realidad. Es una cuestión en la que debemos incidir.
¿Hay alguna pregunta que se haya repetido a lo largo de las conferencias que ha impartido?
Los efectos de las drogas sobre la actividad sexual: muchos jóvenes creen que son positivos. Pero la realidad es que una persona cuando consume drogas puede llegar a mantener relaciones sexuales que en otras condiciones no hubiese tenido, algo que no es positivo en absoluto. El mito es que la drogas favorecen las relaciones sexuales y es justamente al revés, lo que hacen es dificultarlas: es obvio que tienen un efecto negativo para la relación sexual.
¿Las campañas de prevención son eficaces para llegar a los jóvenes de hoy en día?
Deberíamos hacer un esfuerzo adicional para poder adaptarnos al lenguaje y la realidad de los jóvenes. Tenemos que tener en cuenta que un joven no va a tener la misma personalidad, ni los mismos intereses que nosotros; tenemos que ponernos en su mente y adaptar el mensaje al joven para que realmente pueda captarlo, si no, no va a calar.
Ha hablado, entre otros temas, de la relación de las drogas con los trastornos psiquiátricos...
Aquellos sujetos que tengan enfermedades psiquiátricas van a a ser más propensos a desarrrollar la adicción y, por otra parte, en los consumidores de drogas va a haber una mayor incidencia a posteriori de enfermedades psiquiátricas. Es una relación que se da en los dos sentidos. El problema es que cuando se combinan ambas cosas el pronóstico va a ir a peor: por ejemplo, una persona con depresión que consuma drogas va a empeorar, y además tendrá menos posibilidades de dejar la adicción.
Otro de los puntos en los que ha incidido ha sido en que la abstinencia emocional es peor que la física...
El sindrome de abstinencia emocional llega a desaparecer, pero más a largo plazo, al contrario que el físico, que dura poco. Lo realmente importante son las consecuencias emocionales, que son las que disparan el consumo crónico. Por eso, al enfermo adicto hay que tratarle como a un enfermo crónico: no puede exponerse a determinados riesgos, puede y debe llevar una vida normal. Aunque, en el caso del alcohol, el síndrome de abstinencia físico, conocido como deliriums tremens puede, incluso, causar la muerte.
¿Hay alguna tendencia nueva en el consumo?
Ha habido un ligero repunte de las drogas alucinógenas. En los 60 tuvieron una incidencia importante que luego cayó a cifras realmente marginales. Ahora hay un repunte, aunque sigue siendo un consumo menor al de otras drogas.
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