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El 'piercing' se hace cada vez más joven

cerca del 25 % de los adolescentes que llevan uno asegura no conocer los riesgos de contagio

uN tercio de los adolescentes que lleva un piercing está convencido de que esta práctica no entraña ningún riesgo y los que afirman conocer dichos riesgos los limitan a infecciones locales pasando por alto otras complicaciones más relevantes como las enfermedades bucales, necrosis, granulosas o la parálisis de párpado.

Así lo demuestra un estudio realizado en Cataluña con 526 alumnos de tercero y cuarto de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), según los resultados obtenidos en por el Auditorio de Zaragoza.

La presidenta de la Sociedad Aragonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFYC), Isabel Monreal, recalcó el riesgo de la transmisión de enfermedades que puede acarrear un piercing y explicó que "no se pueden realizar en cualquier sitio". Al respecto, apuntó que deben hacerse en zonas que "garanticen la higiene, la limpieza y la esterilización del material", para advertir, por ejemplo, que un piercing en la espalda puede impedir en el futuro poner una anestesia epidural, un inconveniente en el caso de las mujeres que quieran recibirla para tener un parto. Por lo que se refiere al trabajo realizado en Cataluña, reveló que un 24,6% lleva un piercing y la mitad de los que no lo llevan desea hacerlo en el futuro, práctica que responde, según la doctora Rosario Jiménez, del Grupo de Atención al Adolescente de semFYC, al hecho de que durante la adolescencia lo normal es intentar parecerse al grupo de iguales y a la vez marcar distancia con los "mayores". "Son momentos donde la imagen corporal y la estética son muy importantes para toda la sociedad", dijo, para agregar que los tatuajes o los piercing "no son hábitos tóxicos" y siguiendo unas normas mínimas, "los riesgos pueden ser poco reseñables y, sobre todo a largo plazo, prácticamente nulos".

El estudio refleja, igualmente, que la media de edad de los que llevan un piercing o un tatuaje es de 15,13 años, es decir, está por debajo de la edad legal establecida para realizarlo sin autorización.

La doctora Jiménez aclaró que aunque los riesgos para la salud de los piercing no dependen de la edad, la normativa determina que hasta los 16 años los padres deben aprobar esta práctica en sus hijos.

"Suelen ser permisivos con algo que no provoca tanto rechazo como años atrás", explicó la doctora, para agregar que el menor y la familia "deben conocer las normativas legales y sobre todo los riesgos para la salud según la localización". Así, "es imprescindible que esta práctica se lleve a cabo siempre en un centro autorizado" comentó que existen páginas web con información de interés que ayudan a aclarar dudas. La doctora ha comentado también que la familia continúa siendo el principal responsable de los estilos de vida entre los más jóvenes y ha indicado que el ejercicio, "comer en familia una dieta sana, hacer el desayuno en casa o evitar según que alimentos son hábitos muy marcados por lo que se aprende del entorno familiar", aunque ha reconocido que "últimamente desde la escuela se llevan a cabo cada vez más iniciativas de educación en salud sobre asuntos variados".