Dos años de cárcel para el conductor que causó un accidente con dos menores muertos en Aizoáin

pamplona. Dicho turismo, un Ford Mondeo que también ocupaban un joven de 19 años como copiloto y una chica de 17 años en uno de los asientos de atrás, resultando ambos heridos de gravedad, era conducido sobre las 7.56 horas del 29 de agosto de 2008 por Reda Amazikh, vecino de Berriozar de 22 años y de nacionalidad marroquí. Este ha sido ahora condenado por el Juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona como autor de dos delitos de homicidio imprudente a un año de prisión por cada uno de ellos y a tres meses de prisión, sustituidos por una multa de 2.160 euros, por los dos delitos de lesiones. Además, el procesado queda privado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por siete años (tres años por cada uno de los homicidios y un año por las lesiones).

volcó y chocó contra un poste Según la juez queda probado que aquel fatídico día el acusado conducía por una pista asfaltada, de cuatro metros de ancho y sin arcenes, entre Berriozar y Aizoáin y "en un tramo descendente con curvas entrelazadas de izquierda a derecha", En ese punto "el vehículo se salió de la calzada pisando las dos ruedas derechas fuera del asfalto. Al reincorporarse a la vía, salvando un desnivel de 7 centímetros, el acusado perdió el control del vehículo, volviéndose a salir de la vía por el margen derecho, continuando circulando por la cuneta hasta que la rueda se clavó en el terreno, lo que provocó el vuelco en tonel del vehículo, chocando el techo de la parte trasera del mismo contra un poste de tendido eléctrico" y quedando el coche en posición invertida. Debido al impacto, Casandra Echeverría falleció en el lugar de los hechos por un politraumatismo torácico y Francisco Vázquez murió durante su traslado al hospital por un politraumatismo torácico y craneal.

El acusado era conductor novel en el momento de los hechos, dio positivo en alcohol (0,30 gramos por litro de sangre) y en cannabis. Durante el juicio, un forense explicó que el cuerpo del acusado pudo haber metabolizado alcohol en un rango entre 0,43 y 0,65 g/l de sangre desde que sufrió el accidente y dejó de beber.

no aprecia temeridad La juez no aprecia en los hechos la concurrencia del delito de conducción temeraria, ya que esta ha de resultar manifiesta y "en el presente caso, lo único acreditado es que se dieron una serie de circunstancias imprudentes, sin que ninguna de ellas tenga la entidad suficiente para considerar que la conducción fue temeraria". De hecho, la juez señala que superaba los límites de alcohol permitidos "en un pequeño porcentaje".

La magistrada considera que el acusado cometió una imprudencia grave "ya que con olvido o desprecio de las normas de pericia, previsión y cautela, exigibles a todo conductor, condujo sin duda a una velocidad excesiva, aunque no se pueda concretar, para la vía por la que circulaba, que si bien no tiene límite específico de velocidad, es claro para un conductor prudente que tratándose de un tramo sinuoso ha de extremarse la precaución". Añade que ese factor "unido al consumo de alcohol y cannabis y habiendo estado toda la noche de fiesta ocasionaron el trágico accidente".

Las indemnizaciones fijadas para las víctimas serán resarcidas por las aseguradoras del coche.