Un juez realiza hoy la primera exhumación en Gipuzkoa por una denuncia de robo de bebés
Se trata de un caso sucedido en julio de 1977 en la clínica martín santos de donostiaSOS Bebés Robados celebra la noticia e informa de que se han ordenado más exhumaciones en el territorio
Donostia. La primera exhumación por una denuncia de presunto caso de bebes robados en Gipuzkoa se llevará a cabo hoy en el cementerio de Polloe (Donostia). El juez encargado, tras estudiar toda la documentación presentada por Mercedes Ocáriz, afectada por la supuesta trama de adopciones irregulares, decidió autorizar la exhumación de los restos -enterrados en el panteón familiar- de manera que, si efectivamente se encuentran allí, una comparación genética (a través del ADN) pueda determinar si hubo o no irregularidades.
"Espero el proceso que empieza mañana -por hoy- con mucha incertidumbre. Ha pasado mucho tiempo ya, 34 años, y al final esto ha supuesto retroceder en el tiempo, volver a darle vueltas a la cabeza y pasarte los días pensando y pensando. Yo he vivido 34 años con la duda, pero estaba ya muy calmada; ahora, de nuevo, vuelves a revivirlo y estás con esa incertidumbre y esto tampoco es vivir", señalaba ayer Mercedes Ocáriz, visiblemente nerviosa ante el proceso de hoy.
El juez la ha citado a las 8.30 horas en el cementerio de Polloe, donde se exhumarán los restos enterrados en el panteón familiar para cotejarlos con sus muestras genéticas. Ocáriz tendrá que esperar alrededor de un mes para comprobar si sus sospechas son ciertas o no. "Yo, personalmente y egoístamente, preferiría que en el panteón estuviera mi hija, porque entonces aquí terminaría todo esto. Pero, si no está, tendré que asesorarme muy bien para ver adónde acudo y en dónde busco", reconocía.
Esta mujer dio a luz a una niña el 3 de julio de 1977 en un parto plagado de irregularidades, que no se atrevió a denunciar hasta abril del año pasado. "Fue una hija la que, a raíz de todos los casos que habían salido en la tele, vino a preguntarme por los documentos de su hermana. Entonces nos dimos cuenta de que no teníamos ningún papel. En cuanto denunciamos, el fiscal cogió el caso; fue un proceso rapidísimo", recordó.
Aunque hasta 2011 Mercedes no puso en conocimiento de la justicia su caso, siempre tuvo la sospecha de que aquel parto no había sido como los demás. "Yo había tenido ya seis hijos antes y siempre me había llevado el mismo ginecólogo en la Clínica Martín Santos de Donostia", contó. "Este parto no fue normal. Ingresé en la clínica y de repente me pusieron una inyección para parar el parto. Al día siguiente, cuando se marcharon mis hijos, que habían venido a visitarme porque era domingo, me volvieron a poner otra inyección que me provocó el parto de inmediato. Además, en los partos anteriores me habían atendido, además del médico, una comadrona y un ayudante de quirófano. Esta vez estábamos solos el médico y yo", describió.
Estas son solo algunas de las irregularidades que, asegura, tuvieron lugar en aquel alumbramiento. "Además, ningún papel concuerda. En ningún sitio sale que yo estuve ingresada y la hora de la muerte de la niña es diferente de unos papeles a otros", apuntó.
Por todo ello, Mercedes busca ahora descubrir qué fue en realidad de aquella niña. "Yo no estoy aquí por venganzas sino porque quiero saber la verdad. Si tengo una hija que está por la calle, quiero saber quién la ha educado, quién la ha criado y qué nivel de vida ha tenido. Que sepa que no está sola, que su familia no la abandonó, que tiene otros nueve hermanos", reclamó.
Para ello, para conocer la verdad, tendrá que esperar al resultado de las pruebas de ADN.
primer paso Flor Díaz, presidenta de SOS Bebés Robados Euskadi, se mostraba ayer visiblemente contenta con la noticia, si bien no ocultaba una relativa cautela ante este caso. "Estamos a la espera de ver qué es lo que pasa. Para nosotros es un logro haber llegado a este punto, al menos en un caso. Por lo menos estamos viendo que se está intentando hacer algo por parte de la Justicia", señaló ayer a este periódico, destacando que la noticia "es buena, porque, si han dictaminado una exhumación, pienso que algo habrán visto".
Para los afectados, la exhumación de esta mañana en el cementerio donostiarra de Polloe supone un motivo para la esperanza, ya que ven avances por parte de la Justicia. "De hecho, en Bizkaia ya se llevó a cabo una exhumación el pasado mes de septiembre y aquí, en Gipuzkoa, creo que se ha dado orden de más exhumaciones", aseguró.
Sin embargo, hay un temor generalizado de que las exhumaciones no sirvan para mucho. "Cuando el juez solicita una exhumación, se toman las muestras de ADN y se cotejan. Si dan positivo no pasa nada, se cierra el caso, pero si dan negativo, este seguiría abierto. El problema se da cuando, al buscar a los médicos responsables de ese parto, estos están ya fallecidos, ya que automáticamente se deja de buscar al bebé", explicó Díaz.
Esta es una realidad que desde la asociación de afectados de Euskadi quieren evitar a toda costa. "Si las muestras de ADN no coinciden, la exhumación constataría que se trata de un caso de desaparición forzosa, ya que un bebé es demasiado pequeño para decidir", apuntó. Por ello, insistió en que "lo que queremos transmitir a la Justicia y a todas las instituciones es que, aunque haya muerto el culpable, no se cierren las causas, que se sigan buscando a las personas, a las víctimas, a esos bebés que servían de moneda de cambio".
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