Adiós a la soledad en Gazteluleku
El Teléfono de la Esperanza celebró una cena de nochebuena en la sede de la sociedad
HUIR de la soledad en Nochebuena es una realidad gracias al Teléfono de la Esperanza y a la sociedad Gazteluleku, que desde hace más de diez años ofrece su sede en la calle San Francisco de Pamplona para que aquellos que no tienen con quién compartir la cena del 24 de diciembre puedan reunirse y olvidar el aislamiento. Se trata de un menú gratuito que año tras año va sumando comensales y que anteayer reunió a unos 80.
La cita tiene su origen hace unos doce años, cuando varios usuarios del Teléfono se reunieron en la sede de la asociación. Apenas acudieron una quincena, debido a las limitaciones de espacio, y cada uno llevó una sopera con lo que tenía. Ante la falta de un entorno más amplio la antigua presidenta, Ana San Antonio, realizó un llamamiento en los medios de comunicación para encontrar a alguien que cediera un local más amplio. Kino Sánchez, de la sociedad Gazteluleku, se puso en contacto con la asociación para ofrecer su sede, ya que "si una noche queda vacía, es la del 24", recuerda Pedro Berástegui, vicepresidente del Teléfono de la Esperanza en Navarra.
Desde entonces la afluencia ha ido en aumento y las listas se cierran cuando rondan los 70 u 80 asistentes. "La cena es gratuita y va fundamentalmente el que se siente solo. No tiene nada que ver con la cena de pobreza, porque viene gente con recursos, aunque muchas veces la soledad, la indigencia y la pobreza van de la mano", señala Berástegui.
El pasado lunes, los asistentes pudieron degustar un menú compuesto por un cóctel de marisco, jamón, cardo a la navarra, lubina a la plancha, pollo al chilindrón con hongos, turrón y "alegría", condimento indispensable en la cena, según aseguró Kino Sánchez inmerso en los fogones de la sociedad el lunes a mediodía.
La entrañable y hogareña escena es posible gracias a la labor desinteresada de "gente voluntaria que se presta a servir, una bodega que regala el vino o un agricultor de Falces que dona los cardos", señala Berástegui, quien se muestra "satisfecho" con la propuesta y "los cuatro bailes y cuatro canciones" con las que clausuran el encuentro.
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