pamplona. "El arzobispo recibió un sobre que por su aspecto le pareció raro y tras abrirlo comprobó que en el interior contenía unos polvos. Posteriormente, se lo entregó a la Policía", explicaron ayer a este periódico fuentes del Arzobispado de Pamplona, tras conocerse la noticia difundida por EiTB acerca de un grupo anarquista que aseguraba haber mandado una carta bomba al arzobispo.

A pesar de que la carta fue recibida en enero, el grupo, que dice llamarse Club de Artesanos del Café para sus nuevos usos (ocasionalmente espectacular) FAI/FRI y Grupo Anticlerical para el fomento del uso del Juguete Sexual, no reivindicó su autoría hasta el pasado mes de marzo.

Según la televisión pública vasca, "al mismo tiempo se remitió otro artefacto similar al director del colegio Highlands, situado en la localidad madrileña de Alcobendas y perteneciente a la congregación de los Legionarios de Cristo". Además, el 3 de enero estalló un artefacto "en una oficina de Correos de Vallecas cuando los empleados del servicio postal estaban clasificando la correspondencia". En este suceso "una funcionaria resultó herida leve", añade EitB.

En el caso de monseñor Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, el hecho también ocurrió en el primer mes de este año, cuando el purpurado navarro "recibió una carta sin remitente", mantienen desde el Arzobispado. Sin embargo, en esta ocasión no se encontró ningún artefacto como el que explosionó en Vallecas y que el grupo anarquista define como "consoladores explosivos".

En la página web de EiTB informan también de una tercera bomba que "fue colocada el 20 de diciembre en una sucursal bancaria de Barcelona". En ese caso el elemento que dice haber construido el grupo anarquista "estaba contenido dentro de una cafetera metálica cargada con pólvora, tornillos y tuercas a modo de metralla y tres bombonas de gas". Además, su reivindicación va acompañada de "un esquema de esta cafetera-bomba".