Navarra organiza la exposición 'Más allá de Mauthausen. Francesc Boix fotógrafo'

La muestra ilustra el apasionante testimonio del fotógrafo catalán Francesc Boix, desde su juventud, las vivencias durante la guerra de España y el exilio, hasta la deportación al campo de concentración nazi, su liberación y la vida como reportero gráfico después de 1945. En la organización participan la delegación de Euskadi, Navarra y La Rioja de Asociación Amical de Mauthausen y el Museu d’Història de Catalunya, que son los encargados de guardar los archivos de Boix. Con esta exposición, el Instituto Navarro de la Memoria quiere sumarse a la conmemoración del 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la liberación de los campos nazis.

Francesc Boix fue un fotógrafo comprometido con la memoria colectiva y la dignidad de las más de 10.000 personas de origen español deportadas, y un testimonio clave durante los juicios de Nüremberg y Dachau para la inculpación de los dirigentes nazis y miembros de encargados de la gestión de los campos de concentración. 

En su intervención, la vicepresidenta Ollo ha manifestado la significación especial de Mauthausen para las miles de personas del Estado que tuvieron que salir de su tierra en 1939, entre ellas al menos 60 personas de Navarra de las cuales la mitad pasaron por este campo austriaco del que solo una decena consiguió salir con vida. “Para estos navarros y navarras -ha destacado Ollo-, el paso por el campo fue un eslabón más en el doloroso periplo que se inició cuando tuvieron que huir tras el golpe militar de 1936 porque su vida peligraba. Se encontraron con la desagradable sorpresa de que no eran bienvenidas y se encontraron ante la disyuntiva de volver a territorio franquista o pasar a Catalunya. Para la mayoría de los supervivientes, la liberación significó el exilio definitivo”.  

Imágenes de la exposición. Cedida

La exposición

La muestra repasa la trayectoria vital y profesional del autor, presentando imágenes inéditas de su juventud, en el frente de Aragón durante la Guerra Civil española y trabajando para la revista Juliol. También, se presentan nuevas imágenes de su actividad posterior a la liberación de Europa, como reportero gráfico de publicaciones de la órbita del Partido Comunista Francés, trabajando para revistas como L'Humanité y, también, para publicaciones como Mundo Obrero.

Sin embargo, las imágenes más sobrecogedoras pertenecen a su etapa de internamiento en el campo de Mauthausen, emblema de la deportación republicana, y al momento de la liberación de este campo por parte de las fuerzas estadounidenses. Las primeras son imágenes que Francesc Boix pudo sustraer del Servicio de Identificación del campo, gracias a la colaboración de otros internos y de Anna Pointner, una vecina del pueblo que salvaguardó los negativos. Retratan el día a día en el campo de concentración, visitas de oficiales de las SS y, también, la muerte de personas recluidas. A estas les siguen imágenes que realizó el propio Boix para retratar la llegada de los liberadores, las primeras reacciones de los supervivientes, muchos de ellos republicanos españoles, y su marcha. Convencido del poder de la imagen, empleó la cámara fotográfica en vez de las armas.

Además de las fotografías, destaca la singularidad y el contenido simbólico de algunas de las piezas que se exponen, como un traje de rayas y una placa de identificación de prisionero; postales y correspondencia de españoles deportados a los campos con sus familiares; una de las tres listas que existen en todo el mundo de los republicanos españoles muertos en el campo de Mauthausen; ejemplares de las revistas que publicaron las imágenes del autor; o su acreditación de prensa, entre otras.