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La CHE recrecerá Yesa para 2018, tras gastar 310 millones y desalojar a 102 familias

Hasta el momento la Confederación ha ido incumpliendo cualquier previsión y ha triplicado el presupuesto inicial

La CHE recrecerá Yesa para 2018, tras gastar 310 millones y desalojar a 102 familias

pamplona - La Confederación Hidrográfica del Ebro, por boca de su presidente, Xavier de Pedro, fijó ayer la fecha de remate en abril de 2018 de las obras de la nueva presa que se proyecta sobre el embalse de Yesa y que, junto al dique de cola que se levantará en Sigüés, completarán el recrecimiento del pantano. Esta previsión marcada ya en rojo en el calendario puede sufrir todavía demoras importantes, no solo dada su envergadura y complejidad, sino también por los problemas sobrevenidos por la construcción de dicha infraestructura que, sin ir más lejos, ha dejado sin vivienda a las 102 familias que habitaban las urbanizaciones de Lasaitasuna y El Mirador de Yesa. A nadie sorprendería por tanto que, la expropiación de las urbanizaciones, alegaciones al proceso de información pública y resto de trámites, terminen volando por los aires la fecha fijada de conclusión de las obras, al igual que romperían los vaticinios las “nuevas complicaciones que puedan surgir”, tal y como advirtió ayer De Pedro. No sería la primera vez que ocurriera.

La ministra socialista Cristina Narbona ya anunció en sus primeras intenciones que quería recrecer Yesa para el año 2009. Luego, en 2007, al ver el retraso acumulado en las obras y que el tercer modificado del proyecto no se le había dado luz verde, Narbona fijó el final de las obras en 2013. Otro vaticinio por los suelos. Ya con el popular Arias Cañete al frente de la cartera de Medio Ambiente, este aseguró en mayo de 2012 que el embalse se podría terminar recrecido para 2015. Huelga decir que el pronóstico también erró. Lo que es cierto ahora es que el Ministerio, que primero debe resolver la negociación sobre las expropiaciones forzosas que va a realizar en el lugar, ha recogido en el proyecto de presupuestos generales que va a invertir 24,8 millones para el próximo año, otros 52,7 millones en 2016, 33 millones más en 2017 y otros 18 en 2018, en cuyo mes de abril se quiere terminar la nueva presa. En total, por tanto, quedan por invertirse más de 130 millones en la infraestructura.

LA PRIMERA PIEDRA DE MATAS De todas formas, igual que el calendario nunca ha sido un obstáculo que no se solventara con nuevas previsiones, el desembolso de partidas presupuestarias tampoco ha supuesto nunca un problema a la hora de apostar por recrecer el embalse navarro-aragonés. La primera piedra de las obras en Yesa la puso el exministro y expresidente balear Jaume Matas el 18 de mayo de 2001 y entre 2004 y 2011 los trabajos efectuados en el lugar, dejando la excavación a la intemperie (una de las razones principales, la de descalzar la ladera, que motivó el deslizamiento en la zona de las urbanizaciones), avanzaron a marchas forzadas puesto que, finalmente, el tercer modificado corrigió la capacidad final que albergaría el nuevo embalse y se evitó de esa manera que se inundara Sigüés. Además, desde hace 17 años, el presupuesto del proyecto se ha triplicado. Sin ir más lejos, las obras acometidas hasta el momento según la CHE están calculadas en 120 millones de euros, pero a ellas hay que unir otros 50 millones de trabajos complementarios y de la actuación llevada a cabo para detener el deslizamiento de la ladera derecha (fueron 25 millones). El derroche de dinero público allí podría ascender cuando concluya la presa a 310 millones de euros.

Para aplaudir a bombo y platillo la ejecución de la obra, el presidente de la CHE, Xavier de Pedro, acudió ayer a Yesa, acompañado de regantes de Bardenas, con el fin de anunciar el inicio de los trabajos en la nueva presa, que se proyecta sobre la actual y cuyas obras se prolongarán durante dos años y medio.

Una altura de 108 metros de la nueva infraestructura. La nueva presa (la actual quedará sepultada bajo el agua cuando se haga efectivo el recrecimiento) es de materiales sueltos (grava con pantalla de hormigón, apoyada sobre la presa existente) con una altura sobre cimientos de 108 metros, una longitud de coronación de 430 metros y una anchura de la misma de 10,55 metros. Tendrá un volumen total de 3,3 millones de metros cúbicos. La superficie del embalse recrecido tras la Modificación número 3 es a su nivel máximo normal de 3.584 hectáreas, lo que supone una disminución de 824 hectáreas respecto al proyecto inicial. Los municipios afectados son los de Yesa (Navarra) y los aragoneses Sigüés, Artieda, Mianos, Undués de Lerda, Urriés, Los Pintanos y Salvatierra de Esca.

los regantes aplauden la obra

Comunidad de Bardenas. El presidente de la Comunidad general de Bardenas, José María Vinué, valoró ayer el recrecimiento de Yesa como una infraestructura “beneficiosa” para Aragón y Navarra, que va a permitir modernizar los regadíos e incrementar su productividad. Vinué subrayó el “beneficio” que conlleva esta ampliación para todos los usuarios, y en este sentido ha comentado que el embalse de Yesa abastece de agua “a más de 30 poblaciones y más de 50.000 habitantes de Aragón y de Navarra, así como a la ciudad de Zaragoza y su entorno, que representa más de 800.000 habitantes”. - E.C.