salinas - José Antonio Marina no puede reprimir su vocación pedagógica ni en el hall de una factoría de acero. Ni con el martilleo mecánico de las máquinas moldeando las piezas como música de fondo pierde el hilo de sus constantes apreciaciones: repasa los conceptos, vuelve sobre sus palabras, hace uno y mil incisos y se toma el esfuerzo de poner nombre y apellidos a las ideas que maneja y que, de otra forma, se perderían en la nube de la erudición.

Ayer, el filósofo, pedagogo, escritor y maestro toledano visitó Navarra, y más concretamente el polígono de la Meseta de Salinas, para formar parte como ponente de un coloquio en la empresa Gestamp Navarra. Allí realizó una breve visita por las instalaciones de la factoría y mantuvo un encuentro divulgativo con varios trabajadores de la planta dentro de la iniciativa Arráncate a leer: los libros a las fábricas promovida por la Fundación Agfitel. Básicamente, lo que pretende el proyecto es fomentar la lectura entre los trabajadores de las fábricas y ofrecerles la posibilidad de mantener un encuentro con un escritor. En este caso, el libro escogido fue Pequeño tratado de los grandes vicios de José Antonio Marina, del cual se repartieron alrededor de 100 ejemplares entre los trabajadores de la planta. Una forma de “tratar de volver a encaminar a los trabajadores hacia el hábito de la lectura, con el fin de aumentar su cultura, de manera que los operarios tengan así más herramientas para enfrentarse a la sociedad”, según especificó Mariano Cerezo, responsable federal de automoción y componentes de UGT y que ayer acompañó al filósofo José Antonio Marina en su visita a Gestamp Navarra. “El año pasado ya estuvimos en Volskwagen Navarra con el escritor Javier Sierra, y creemos que es bueno interrelacionar a los trabajadores, que previamente han tenido que leerse el libro, con los escritores. No se trata de formar a los trabajadores, sino de que adquieran más cultura”, especificó. Esa misma tesis mantuvo el gerente de Gestamp Navarra, José Antonio Olangua, quien apuntó que con estas iniciativas “se pretende que la gente sienta que, además de producir, tiene más cosas que hacer y aportar en la empresa”.

Preámbulos corporativos aparte, José Antonio Marina entró a degüello antes de encerrarse en una habitación con más de 50 trabajadores dispuestos a darle la batalla con el libro objeto de coloquio: “Fomentar la lectura es una urgencia nacional”. A sus 76 años, tiene muy claro que iniciativas como Arráncate a leer son ahora, cuando vivimos en pleno auge tecnológico, más necesarias que nunca. “Si no comprendemos una frase larga y nos quedamos con el tuit, no comprenderemos los argumentos y nos regiremos con frases cortas. ¿Y esas cuáles son? Las consignas, los eslóganes y los clips publicitarios. Y manejarnos con eso es muy problemático”. Por eso, todo lo que tenga que ver con fomentar la lectura es valioso, sobre todo para crear “entornos inteligentes” que favorezcan la aparición de nuevas ideas. Y eso se consigue leyendo, y leyendo en empresa: “Cuando estás en un entorno inteligente, a todo el mundo se le ocurren ideas brillantes. Por eso es importante esta iniciativa”. Porque, tal y como sentenció, “solo leyendo aprenderemos a manejar el lenguaje, y solo manejando el lenguaje podremos pensar”.