Iala, guía y apoyo para gente con intolerancias
Eva CAMPOS y Víctor Hueso Fundan una asociación con varios objetivos, como el abaratamiento de alimentos aptos
Todo empezó cuando Claudia tenía unos pocos días de vida. La leche materna le provocaba desmayos, precedidos por vómitos y diarreas mientras unos padres primerizos iban y venían día sí y día también al servicio de urgencias del Hospital de Navarra. Con el tiempo, alimentos que contuviesen la proteína de la vaca, gluten, soja o cordero, entre otros, provocaban en esta niña pamplonesa el mismo efecto. Las numerosas pruebas médicas descartaban todo tipo de alergias, hasta que una luz en el camino, de la mano de la pediatra digestiva Elena Aznal, dio con la respuesta: intolerancia. Entonces, el matrimonio compuesto por la barcelonesa Eva Campos y el pamplonés Víctor Hueso, padres de Claudia, empezó a indagar y buscar información, pero se toparon con un muro vacío de información. Por eso decidieron fundar Iala, una asociación que nace con el objetivo de orientar a todas las personas que sufran intolerancias alimenticias, así como una plataforma que lucha por unos precios más asequibles a aquellos productos aptos para personas que sufren esta dolencia.
El caso de Claudia, que ahora tiene dos años y medio, es un ejemplo de los más severos dado los síntomas que presenta y la cantidad de alimentos que su cuerpo rechaza. De ahí viene la inquietud de esta joven pareja en buscar respuesta y no sentirse solos. “Los pediatras no le daban ningún tipo de importancia a las reacciones de nuestra hija y lo achacaban a los cólicos del lactante, pero duraban 24 horas”, lamenta Eva, presidenta de la asociación.
Por un lado, Iala se muestra como una plataforma de información a todas las personas que sufran intolerancias a los alimentos, explicando la infinidad de síntomas, qué es lo que pasa en el cuerpo y cómo afrontar la situación, acompañado por un consultorio médico virtual. Campos destaca que “contamos con un médico para que, cuando alguien nos pregunte algo, tengamos una respuesta profesional y no basada en nuestra experiencia”. Asimismo, desde esta asociación están reuniendo expertos de distintos sectores, como el cocinero vegano y macrobiótico David Guibert, o la experta en comunicación Nerea Montañés. A partir de ahí, celebrarán cursos de cocina para crear platos y menús aptos a cualquier persona intolerante -igualmente válidos para alérgicos y para la gente especialmente interesada en una alimentación sana-, así como otros talleres formativos que expliquen detalles de, por ejemplo, las etiquetas de los envases de alimentos. Y es que el sistema digestivo de muchas personas intolerantes no soporta proteínas presentes en numerosos componentes alimenticios. Claudia, por ejemplo, a la de la ternera, entre otros. “Le pedimos a la pediatra que nos diera una lista con las comidas que la incluyen y nos sacó un montón de números”, relata Eva. Números que no dicen nada pero que aparecen en los etiquetados alimenticios sin especificar qué significan pero que contienen diferentes proteínas.
PRODUCTOS PARA TODOS Uno de los principales problemas que encuentran las personas que sufren intolerancias es el elevado coste de muchos productos alimenticios. “Tener una lista de la compra completa para una persona intolerante es un lujo”, lamenta Hueso. Los precios de estos alimentos se disparan desde la cesta básica; por ejemplo, si un litro de leche de vaca cuesta unos 60 céntimos, uno de leche de arroz, libre de proteínas de ternera y lactosa, ronda los 2,50 euros, “cuando el precio de producción no es muy diferente”, denuncia el secretario de la asociación. Por eso, Iala se encuentra en un proceso de negociación con los proveedores de estos productos para ofrecerlos a sus socios a casi el precio de coste. Víctor especifica que “añadiremos un porcentaje que no es para beneficio propio, sino para sustentar la asociación”.
Además, la primera asociación navarra sobre intolerancias (la más cercana se encuentra en Bilbao) busca cambiar la concepción que se tiene de esta dolencia “No son enfermos, sino personas a las que les sientan mal ciertos alimentos”, recalca Eva. De hecho, a nivel estatal la intolerancia a la proteína de la ternera, como muchas otras, no está reconocida como tal, sino como alergia. “En Estados Unidos no es así, y tenemos que luchar para cambiarlo”, señala la presidenta de Iala.
En las redes. De momento, Iala tiene presencia en Twitter (@IalaPamplona) y en Facebook (Intolerancia a los Alimentos), donde su actividad se centra en colgar recetas libres de productos que normalmente general intolerancias, así como noticias, tanto de avances médicos como de iniciativas dirigidas a personas que sufren esta dolencia. Pronto tendrán disponible una página web (www.intoleranciaalosalimentos.com).
Teléfono y mail. Cualquier persona interesada en asociarse o recibir información u orientación pueden ponerse en contacto con el teléfono 634 27 84 43, así como a través del correo electrónico eva.c.s.@icloud.com.
10 €
anuales. Ser socio de Iala tiene un coste de 10 euros por persona y año. Gracias a esa cuota, los asociados pueden disfrutar de cursos y talleres, tanto informativos y formativos sobre cómo afrontar las intolerancias, así como de cocina para la elaboración de menús aptos también para alérgicos.
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