Laicos de Gipuzkoa acusan a Munilla de añadir a la “descomposición pastoral” de la diócesis su “destrozo patrimonial”

donostia - Un grupo de laicos y laicas de la comunidad cristiana de Gipuzkoa ha hecho público un escrito con el fin de alzar la voz y protestar contra los planes inmobiliarios del obispo José Ignacio Munilla. Con el título De obispado a hotel: un escándalo antievangélico, los 44 firmantes opinan que la transformación del patrimonio inmobiliario más emblemático de la Diócesis en negocios de carácter hotelero y turístico no es un hecho aislado sino que forma parte de un objetivo “global”: “Deshacer lo que ha sido una Iglesia al servicio del Evangelio, construida durante décadas con la participación de miles de laicos del territorio”. Para este grupo de cristianos, “a la labor de descomposición pastoral” en la que se afanó desde que llegó al obispado, Munilla le ha añadido ahora “el destrozo patrimonial”.

Como se recordará, hace dos semanas el gobierno del Ayuntamiento de Donostia inició la tramitación del proyecto para convertir el edificio que alberga la Diócesis (la sede del gobierno de la Iglesia guipuzcoana en la calle Zabaleta, 5 del barrio de Gros) en un complejo hotelero de 26 apartamentos, bar incluido. En la operación, Munilla va de la mano de un inversor privado sobre un presupuesto inicial de cuatro millones de euros.

No es la única operación que baraja el obispo. Otra iniciativa similar muy avanzada es la del edificio de la calle Urdaneta, 10, que se levanta sobre la librería Idatz, junto a la catedral, hogar de sacerdotes jubilados y del propio obispo, razón por la que se está construyendo un alojamiento para él en el interior de la catedral. Un tercer negocio en ciernes apunta a la iglesia de la Sagrada Familia de Amara Berri.

La pasada primavera, un millar de sacerdotes y agentes pastorales de Gipuzkoa hicieron público un texto en el que denunciaban todos estos planes, así como la actitud del obispo, unilateral y sin la transparencia exigible, actuando “de espaldas a la diócesis”. Pero como se ve, aquella denuncia no ha hecho mella en él, lo que para este grupo de laicos denota una actitud de “desprecio” que, creen, es fiel a su estilo: “No escuchar, ocultar información, imponer, manipular, abuso de poder”, lo que se traduce en no proporcionar “los datos reales” de estas operaciones ni en encargar una auditoria externa que analice las cuentas de la Diócesis.

En su escrito, los firmantes recuerdan que la sede del obispado del barrio de Gros es el espacio donde “se ha impulsado una Iglesia en clave evangélica al servicio de la comunidad cristiana de Gipuzkoa” en áreas como pastoral penitenciaria, inmigrantes, catequesis, comunidades religiosas... “Que un lugar como este vaya a convertirse en un hotel y sea fuente de dinero nos produce escándalo e indignación”.

En el escrito, recuerdan a Munilla que él no es el dueño de todo este patrimonio que buscan alquilar y vender. Sin embargo, “actúan como si la diócesis fuera su feudo”, lo que califican de “intolerable” desde una conciencia evangélica e “inadmisible ante una sociedad democrática madura”.

contra el papa Sin pelos en la lengua, el grupo de laicos que firma el escrito acusa a Munilla y sus colaboradores de “destruir y arruinar” la Iglesia conciliar levantada en Gipuzkoa hasta su llegada. Esta estrategia “antievangélica” acostumbra a camuflarse en una aparente adhesión a la línea del Papa Francisco, pero para los firmantes del escrito, la Iglesia que propugna el obispo “es una zancadilla más al Papa”. “El papa Francisco sitúa a los pobres en el primer lugar de la Iglesia y nos orienta a los cristianos en esa dirección; en cambio el obispo Munilla, con el espíritu de los mercadores y negociantes del templo, lleva a la diócesis en busca del dinero, corriento tras él”. El resultado de este comportamiento, advierten con pesar, “es el desprestigio de la Iglesia y una burla a esta diócesis, de graves conscecuencias para su propia credibilidad”. - N.G.