Casi 30 refugiados ucranianos, entre los que se encuentran 18 menores de edad, todos ellos con vínculos de algún tipo con Navarra -la mayoría tiene familia aquí-, están siendo trasladados a la Comunidad Foral por una expedición formada por 11 personas, que con cinco furgonetas cargadas de material de ayuda salió hacia Polonia el pasado viernes. La expedición llegó a Varsovia este sábado por la noche y prevé dormir la noche de este domingo cerca de la frontera con Alemania, ya de regreso.

La iniciativa del viaje partió de Rubén García, vecino de Noáin -siete de las 11 personas que partieron hacia la frontera de Ucrania viven en la localidad-, que comenzó a recaudar fondos apoyándose en la fundación Brazadas de Superación. Con esta base se comenzaron los preparativos de la expedición, en los que tuvo un gran peso Nacho Laquidáin, jefe de Servicio de la Policía Local de la Cendea de Cizur.

Las cinco furgonetas salieron de Pamplona el viernes a las 20.00 horas y en poco más de un día, y tras casi 2.500 kilómetros de carretera, llegó a Varsovia, lugar al que todos los días llegan trenes cargados con refugiados ucranianos. Ahí es donde habían quedado en recoger a las 28 personas que ya se dirigen a Navarra y también dónde llevaron todo el material de ayuda humanitaria que llevaban -comida y productos de higiene, fundamentalmente- para los cientos de miles de refugiados que ahora viven en naves industriales en la capital polaca.

"En cuanto a bienes no les falta de nada. Llega constantemente material de toda Europa, pero es un drama verlos ahí, hacinados en las naves. Hay muchísimos niños y gente mayor, muchos de ellos con problemas de salud", relata Mikel Navarro, periodista que forma parte de la expedición y que advierte de la tensión que se vive en Polonia. "Entras a Polonia y es un cambio brutal. Se ven militares por todas partes y se respira mucha tensión", manifiesta Navarro.

Si todo marcha según lo previsto, la expedición llegará a Pamplona en torno al miércoles, tomándose el viaje de vuelta con mucha más calma, ya que, con 18 menores a bordo, necesitan parar con más frecuencia.