La presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Marta Galipienzo, aseguró ayer que las farmacias, que hasta ahora eran ya consideradas como espacios seguros para las víctimas de violencia machista, pasarán a ser “puntos violeta”, como “un punto de asesoramiento y de información para que las víctimas puedan conocer los recursos que existen para prestarles ayuda. En las farmacias, sobre todo en las rurales, muchas veces la clientela nos cuentan su vida y milagros. Se trata de un tipo de establecimiento que genera un entorno de confianza para las víctimas. Aquí se establece un trato con la clientela que es diferente a cualquier otro tipo de establecimiento”. De esta forma, Galipienzo afirma que la red de farmacias de Navarra no solo hablan de la vertiente sanitaria, sino también tienen un anclaje social importante. “La farmacia es sensible tanto a los social como a lo sanitario”, recordó la presidenta, que también hizo alusión a que durante los planes de formación que han recibido por parte de los cuerpos policiales se destacó que ya había habido un caso activado desde una farmacia en el que se alertó de la situación de una mujer que vivía una situación de maltrato y que no quería denunciar. “Este tipo de prevención nos consolida como agentes sociales en nuestra labor”, resalta Galipienzo, que no quiso olvidar la importancia que puede tener una farmacia en entornos rurales o zonas más aisladas.