Le he oído poner el acento en las nuevas violencias.

–Hay mecanismos sociales que van cambiando y avanzando. Ahí se sitúan las ciberviolencias, que suponen un salto cualitativo, porque las violencias no se quedan ya ubicadas en el entorno cerrado e íntimo, sino que se multiplican exponencialmente porque la propia repercusión de la violencia en lo digital acompaña a la víctima allá donde va. También hay nuevos fenómenos como el acceso a la pornografía a edades tan jóvenes, que suponen un cambio sustancial. Hay una mayor concienciación social. Las mujeres jóvenes ahora tienen mucho más claras algunas cuestiones, más de lo que lo teníamos hace 30 años. Eso va a suponer que se visibilice mucho mejor qué es violencia y qué no, dónde hay consentimiento en una relación, y eso supone un mecanismo de avance.

¿Cómo se educa y previene?

–La educación afectivo sexual tiene que estar presente en todas las etapas educativas y para ello tenemos un maravilloso programa que es Skolae. En violencia digital vamos a celebrar unas jornadas en noviembre para estar a la última en cuanto a fenómenos nuevos que se detecten. Vendrán personas del ámbito policial, judicial, sanitario, educativo y suponen una formación directa de las personas que están encargadas de detectar estas situaciones.

¿Cuál le gustaría que fuera el poso que dejara en el INAI?

–Me parece muy importante dar continuidad a los trabajos de los anteriores institutos. Hay un poso de trabajo, de conocimiento, de experiencia y de estructura que nos permite seguir trabajando. La igualdad va a ser bandera en este Gobierno. Vamos a darle un impulso fuerte con el decreto de unidades de igualdad, con el de impacto de género... Estos decretos, que son estructura normativa, nos van a permitir profundizar mucho más en implicar a la igualdad en el resto de la acción de Gobierno. Es un punto esencial. Nuestra tarea se lleva mucho tiempo en atención a la violencia, porque es lo urgente y lo prioritario, pero donde ya tenemos una estructura de atención, tenemos que avanzar en la arquitectura de igualdad en el resto.

Navarra fue epicentro de una sentencia como la de la Manada de Sanfermines. De aquel caso emanó una Ley como la del solo sí es sí que ahora ha servido de base para la rebaja de pena de uno de los condenados por dicho caso. ¿Qué valoración le merece?

–Creo que la Ley de Garantía integral de la libertad sexual es mucho más que eso, es una ley que garantiza libertades en el ámbito sexual. Hay unos efectos concretos que estamos observando y que no son achacables únicamente a la ley, sino fruto también de la propia independencia judicial y que ha causado alguna rebaja de penas. Para mí es una buena ley que nos permite atender a unas víctimas que estaban al margen todavía de las garantías jurídicas y que establece muchos mecanismos de reparación. No me gustaría quedarme en esa parte, interesada en algunos ámbitos, para hacer de esa gran ley, que es una buena ley, que está siendo efectiva en muchas cuestiones y decir que es una mala ley por esta cuestión que está sucediendo, con interpretaciones judiciales que son legítimas y ajustadas, pero que también dependen de Audiencias provinciales y tribunales. Y me gustaría hilar esto con el hecho de que a veces a nivel mediático se dirige la atención a aspectos concretos de algunas intervenciones de políticas de Igualdad para cuestionar algunos avances. No quiero hacer esa lectura porque no nos ayuda. Necesitamos consensos sociales que protejan a las víctimas y por tanto los discursos que generan más alarma, o dan una sensación de falsa impunidad que no es real, me parece muy peligrosa.

Van a aprobar una ayuda a huérfanos de víctimas de violencia.

–Es una ayuda necesaria e imprescindible. Es una ayuda que pretende ser ágil y que va a llegar incluso a personas con más de la mayoría de edad, que pueda llegar hasta los 23 o 25 años y que apoye sustancialmente el proceso de estas personas para la reparación del daño. Se trata de que tengan la mayor agilidad posible en cuanto a su resolución y serán compatibles con otras ayudas.