Las luces de colores del tiovivo se mezclaban con el humo que salía de la churrería, ambos situados en la Plaza de Conde de Rodezno, en Pamplona. Mientras, unos pasos por delante, aguardaban con paciencia dentro del taxi número 123 Mariano Otero, copiloto de 60 años, y Rosa Mari Domeño, de 66, sentada en la parte de atrás junto Laura Eguiluz, trabajadora social en la residencia de la que Otero y Domeño son usuarios y en la que se hicieron amigos, El Mirador, en la Rochapea. Ellos fueron dos de los cerca de 70 afortunados que, estas Navidades, pudieron disfrutar de la tercera edición de la iniciativa solidaria de Teletaxi San Fermín, que busca acercar a través de este vehículo a los mayores de las residencias de ancianos al centro de la capital navarra para que puedan ver las luces y el ambiente navideño, un evento “muy bonito”, como aseguró Otero. Una propuesta que les gustó tanto el año pasado que este han querido repetir, así lo corroboró Eguiluz. “Cuando les pregunté me dijeron que querían repetir”. En este segundo año ambos pudieron ver por primera vez toda la decoración de Pamplona, ya que antes no habían tenido la oportunidad de verlo a pesar de las “muchas ganas” que tenía Domeño. 

En cambio, Salvador Rodríguez, su taxista durante el paseo, sí que debutó con esta acción solidaria. “En años anteriores no conseguí plaza para participar así que esta vez me he apuntado porque me parece bien sacarles de su rutina para que vean Pamplona, aunque la ruta me parece corta”. 

Además de las luces que cubrían las calles y las fachadas de los edificios de Pamplona, Domeño y Otero mostraron también sus ganas por ver la pista de patinaje situada en la Plaza del Castillo, en el caso de Otero para recordar su experiencia patinando en Madrid. “Me caía cada dos por tres y estuve más rato en el suelo que de pie”, recordó con humor justo antes de que su compañera le preguntara si es o no difícil patinar sobre hielo. “Sí que lo es”, confirmó entre risas. 

Durante el trayecto por Estafeta, Rodríguez señaló por la ventanilla los jamones que colgaban del techo en uno de los bares de la calle, lo que despertó las ganas de Domeño de comerse uno “a gusto”. El taxista continuó. “Nos paramos en una mesa de estas, cogemos un cuchillo y una barra de pan...” y Otero cogió el relevó para finalizar su frase. “Le damos caña mano a mano”. Además, Salvador aseguró que él mismo se atrevía a cortarlo. “Y yo a comerlo”, añadió Otero, comentario que desató las risas del resto de tripulantes. Pero después de la comida siempre queda hueco para el postre, en especial unos churros. Al llegar a la altura del Churrero de Lerín, Eguiluz recordó los churros con chocolate de los que disfrutaron ayer en la residencia, sobre todo Domeño. “Qué buenos estaban, pero solo me dieron dos y aunque pedí más no me los quisieron dar”, aseguró riendo. De la misma forma, Otero se sumó a la opinión de su compañera de preferir los churros antes que las castañas, “que solo sirven para calentar las manos”, remarcó.  

Mejor que el año pasado

“Ay qué bonito está”, fue la reacción que exclamó Domeño al ver las luces de la Plaza Consistorial, aún subida al taxi, momento en el que ella y Otero pudieron saludar desde la ventanilla a la gente que se agrupaba en la calle. “Como si fuerais dos reyes”, añadió Eguiluz. Nada más bajarse del taxi, ambos fueron directos al interior del ayuntamiento, donde Domeño no pudo evitar ocultar su risa de emoción al ver el belén. “Me ha encantado y es mucho mejor que el del año pasado”, aseguró sin dudarlo. “El otro estaba bonito pero este le gana”, añadió. Asimismo, les encantaron las figuras de los Reyes Magos ubicadas justo frente al Nacimiento. “Ya vienen los Reyes Magos...”, cantó Domeño al recordar que hoy saldrán en la cabalgata antes de repartir los regalos, un momento para el que Otero ya estaba preparado. “Yo he pedido una cartera”, aseguró. En el caso de Domeño, su regaló será para la nieta pequeña de Otero, Valeria, de tres años. “Le he pedido un peluche”. 

Pocos minutos antes de que el reloj diera las 19.00 horas, unas gotas de lluvia llamaron la atención de Eguiluz. “Hemos llegado justo para ver el ayuntamiento y marcharnos”. Sin embargo, no abandonó la plaza sin antes recordar lo bonita que fue la experiencia de ver Pamplona desde el coche, una iniciativa en la que les gustaría participar por tercer año consecutivo, como remarcó Otero. “Si nos dejan volver estamos a su disposición”, bromeó.  

Iniciativa altruista

El taxi que llevó a Domeño y Otero al ayuntamiento fue uno de los siete que formaba parte de la primera tanda que hizo el recorrido. En este tercer año del proyecto participaron cerca de 16 taxistas voluntarios para ayudar a salir de la rutina a en torno 70 usuarios de unas 10 residencias de Pamplona, como aseguró José Manuel Bergasa, presidente de Teletaxi San Fermín. “Había más residencias que querían participar pero algunas nos han llamado para cancelar porque sus usuarios están con gripe, como es el caso de las Hermanitas de los Pobres”. Así, con acciones como esta, se consigue que los más mayores que viven en residencias en Pamplona puedan disfrutar de sus luces de Navidad, “porque de otra forma sería difícil que las vieran”, añadió. 

Con una duración aproximada de 30 o 40 minutos, el recorrido consistió en salir de Conde Rodezno, bajar por Paulino Caballero hasta Cortes de Navarra y entrar a Estafeta para llegar al propio ayuntamiento. Mientras, la salida la realizaron desde la calle Chapitela, Plaza del Castillo, Paseo Sarasate y, de ahí, de vuelta a la residencia.