La clave del asunto es clara: diferenciar entre las instalaciones que albergan perros de caza y rehalas de los establecimientos de cría. Y ese es uno de los puntales de las reclamaciones del colectivo cinegético en Navarra, que mira con preocupación a los reglamentos en los que está trabajando la Comisión Europea, mientras observa cómo comunidades vecinas sí que avanzan en este campo. En el radar de los cazadores se halla, sobre todo, Aragón, que se encuentra inmersa en una modificación de la norma que afecta a los núcleos zoológicos, ya que el Gobierno regional se dio cuenta de que, tras más de 15 años de un decreto que ha perdido vigencia, se requiere una adaptación a la realidad de la labor esencial que acometen los perros de caza en el control de los grandes ungulados cinegéticos, como el jabalí, el corzo o el ciervo.

En este sentido, en la comunidad vecina se pretende que esta clase de instalaciones se establezcan para aquellas que alberguen un número igual o superior a 15 perros de caza, mientras que, en Navarra, la normativa los cataloga a partir de 11 o más. Por otro lado, Aragón trabaja también en definir claramente qué es una rehala o una perrera deportiva, identificándola como una agrupación de 16 o más perros de caza u otras actividades deportivas reconocidas por el Consejo Superior de Deportes.

Una vez dados esos pasos, la norma permitirá en Aragón criar en esos núcleos zoológicos a cachorros para las reposiciones de las rehalas o agrupaciones deportivas de perros, o también para la cesión documentada a otros titulares, sin que, por ello, queden catalogados como centros de cría. Actualmente, en Navarra no existe una definición clara de rehala y, por otra parte, las definiciones reglamentarias que se manejan incluyen a la mayoría de las perreras de perros de caza como centros de cría, con el consiguiente aumento de requisitos y dificultades para su regulación. Ello genera un gran problema para los cazadores, ya que, en un altísimo porcentaje de ellas, la cría de cachorros no se realiza por temas de lucro, sino por la mera reposición de los perros de caza.

Hay otros dos aspectos en los que los cazadores navarros desearían emular a sus compañeros aragoneses. El primero de ellos sí que entra dentro de los planes del Ejecutivo foral, como así se lo avanzó el pasado año el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José María Aierdi, a la Federación Navarra de Caza (FNC). Se trata de adecuar la vacunación obligatoria de la rabia en los perros a lo que designe el propio prospecto del medicamento, en lugar de fijar su obligatoriedad en un período anual. En Aragón, cuentan con esta medida desde el 2017, sin que se haya registrado ningún problema sanitario vinculado a ello. Esto significa que el colectivo cinegético navarro lleva, en comparación, varios años costeando anualmente un tratamiento que no concuerda con las especificaciones de las farmacéuticas que han producido varias de las vacunas disponibles en el mercado.

El segundo de los asuntos se refiere a un curso reglado que imparte la Federación Aragonesa de Caza (como una entidad formadora homologada y colaboradora de la Administración) sobre las exigencias formativas referentes al bienestar animal en los núcleos zoológicos, a la capacitación de transportistas y al carné de aplicador de plaguicidas y biocidas para la realización de la limpieza y desinfección de los medios de transporte de los perros. La FNC acordó asimismo con el consejero Aierdi una mayor fluidez y efectividad en el diálogo entre el Gobierno foral y el organismo que defiende los derechos de los cazadores, que podría verse materializado en esta u otras medidas similares.

Las federaciones autonómicas, de todas formas, no son las únicas entidades que están poniéndose manos a la obra para intentar frenar la deriva animalista que también lleva instalada desde hace años en el seno de la Unión Europa. La Asociación Regional de Rehalas Caza y Libertad (Arrecal) está presionando para que se modifiquen los dos nuevos reglamentos europeos que afectan a la caza y que ponen en peligro el futuro de la rehala. Concretamente, se trata de los proyectos reglamentarios anunciados por la Comisión Europea para la reforma de las normas en materia de bienestar animal durante el transporte, y la nueva reglamentación para la trazabilidad de los perros y gatos que se crían, mantienen y comercializan como animales de compañía con fines económicos.

En palabras de su presidente, Felipe Vegue, estas normativas se redactan “sin tener en cuenta las particularidades de la rehala y los perros de caza, lo que hace que muchas de las cuestiones planteadas sean difícilmente asumibles, tanto desde el punto de vista logístico como económico”. Por este motivo, ante el estado de “preocupación máxima” del colectivo cinegético, el equipo técnico y jurídico de la asociación rehalera ya se puso en contacto con las autoridades competentes a nivel nacional, para que trasladen a Bruselas su negativa a la publicación de los reglamentos en los términos propuestos por la UE.

En lo que respecta a la propuesta de reglamento relativo a la protección de los animales durante el transporte, que sería de aplicación directa en todos los Estados miembros, se apunta a que el desplazamiento deberá realizarse en compartimentos donde la temperatura ambiente oscile entre los 20 y los 25 grados, con una humedad de entre el 30% y el 70%. “Cualquiera sabe que estos requerimientos son inviables durante gran parte del año en muchas zonas de nuestro país”, argumenta Vegue. Otros de los requisitos sería el de equipar los vehículos con sensores de temperatura y humedad, lo que supondría nuevas cargas económicas y administrativas.

A juicio de Arrecal, la redacción de este reglamento entraría en contradicción con el Plan nacional de gestión a medio/largo plazo de las poblaciones de jabalíes silvestres para reducir el riesgo de entrada y difusión del virus de la peste porcina africana (PPA) en España, impulsado por el Gobierno de España a instancias de la propia Comisión Europea. Entre las medidas aplicadas en nuestro país para la contención de la PPA se encuentra la intensificación de la actividad cinegética, por lo que estas nuevas limitaciones a la actividad de las rehalas harían ineficaces estas acciones de control poblacional.

La otra propuesta reglamentaria proveniente de Bruselas versa sobre el bienestar y trazabilidad de perros y gatos, imponiendo normas uniformes para el alojamiento y el trato de estos animales en establecimientos de cría, tiendas de animales y refugios. Arrecal solicitará que esta nueva norma comunitaria diferencie claramente las instalaciones que albergan las rehalas de los establecimientos de cría. De no ser así, los nuevos requisitos de las dimensiones de las instalaciones serán inasumibles para muchas de las perreras ya legalizadas, teniendo que disminuir el número de perros que pueden albergar. Además, estarían obligadas a climatizar sus instalaciones, una cuestión que es totalmente inviable en la mayoría de las instalaciones registradas actualmente.

De nuevo, la asociación considera que la aplicación de esta normativa contradiría los criterios aplicados en otros documentos oficiales, como la Estrategia Nacional de Gestión Cinegética, publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con el visto bueno de todas las autoridades autonómicas competentes. Entre otras cuestiones, esta estrategia reconoce la singularidad de los perros de rehala e insta a las administraciones a “promover la redacción de una normativa propia, complementando a la ya existente, donde se recojan las especificidades relativas al desarrollo de la actividad cinegética para la que son empleados”. Como recuerda Vegue, “los perros de rehala, que desarrollan una labor esencial, no son animales de compañía ni de producción, pero la legislación que les afecta se basa en ambas clasificaciones, lo cual genera una falta de proporcionalidad y de seguridad jurídica a sus propietarios”.

Modificaciones

Posibles cambios. Los dos reglamentos europeos se encuentran aún en fase de aprobación, por lo que hay margen para introducir cambios y confeccionar un marco normativo basado en criterios técnicos y científicos, que sea beneficioso para todas las partes.

Borrador. Arrecal, en defensa y representación de sus miles de socios, trabaja en la redacción de un borrador que recoja todas las propuestas, para ofrecer a las autoridades europeas una alternativa válida con la que el futuro de una actividad milenaria y necesaria como la rehala no se vea amenazado.