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Opositores de Secundaria en Navarra: “Me ha salido bastante bien, aunque no sé cómo corregirán”

Entre los nervios y la esperanza, miles de docentes realizan las pruebas de castellano de la OPE

Noemí Aranda, Mikel Úriza Mata e Íñigo Moreno Antón, aspirante a una plaza de docente.Oskar Montero

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Entre los miles de docentes que se han presentado a la prueba de castellano de la OPE de Secundaria, escuela de idiomas y FP este sábado en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), en Pamplona, los nervios y las esperanzas se mezclan. Mikel Úriza Mata, de 26 años y vecino de Aibar, ha explicado que había “afrontado la prueba bastante más tranquilo de lo que pensaba y me ha salido bastante bien, aunque no sé cómo corregirán”. Para poder prepararse, “lo que he hecho ha sido coger una plaza de 5 meses y el resto de meses he estado cobrando el paro mientras estudiaba, así que no he tenido que compatibilizar el trabajo y el estudio”. 

Junto a él, Íñigo Moreno Antón, de 28 años y vecino de Huarte, comenta que se había preparado “mientras trabajaba, en los ratos libres. He estado trabajando en Mariana Sanz y me tocó una plaza que dominaba bastante, así que he podido sacar bastante tiempo para estudiar. De todas formas, no siempre es fácil compatibilizarlo”. Sobre el resultado de su esfuerzo, asegura que “la prueba me ha salido mejor de lo que esperaba, he podido escribir bastante, así que tengo esperanzas”.

"He hecho lo que he podido"

Con menos optimismo ha terminado la prueba Noemí Aranda, de 42 años y vecina de León. “La prueba me ha salido horriblemente mal, no me ha salido bola, pero he hecho lo que he podido”, señala, para admitir que “no me había preparado, estoy dando clase en Mariana Sanz y tengo hijos, así que no he tenido tiempo. Hay quien consigue compatibilizar estudiar una oposición con trabajar y con la familia, pero no ha sido mi caso, al menos esta vez”.

Marina Campo Osés y Cristina Pérez Guillén, tras finalizar la prueba.

La peraltesa Marina Campo Osés, de 35 años, reconoce que “es la primera vez que me enfrento a unas oposiciones. Yo trabajaba en la multinacional Intermalta, en San Adrián. Mañana va a hacer un año que defendí el título del máster. Quería cambiar de vida, sobre todo por conciliación familiar y porque esto siempre me ha gustado. Daba clases en casa de matemáticas, física...”. La preparación de las pruebas no fue fácil para ella. “He trabajado todo el curso completo, a 20 horas, que son dos más de las que se puede, primero en San Adrián y luego en Tudela, en el centro ETI, un centro muy grande de siete módulos y a dos horas en coche todos los días. Y tengo dos hijos, así que la compatibilización ha sido muy complicada. Esta mañana me he levantado con algo de ansiedad, pero, de momento, de los cuatro temas que han entrado en la primera parte había uno que me sabía bien”, se consuela.

También esperanzada se ha mostrado Cristina Pérez Guillén, de 31 años y vecina de Cárcar. “No había estudiado mucho. He venido como primera vez, para ver qué tal. Me había leído recientemente los últimos temas, así que me ha salido bastante bien”, comenta. Como muchos de los aspirantes, admite la dificultad para compatibilizar trabajo y estudio. “He estado trabajando en en IES San Adrián, llevo seis meses allí trabajando y a la vez estudiando. La verdad es que cuesta compatibilizarlo, no es sencillo”, concluye.