Patricia Abad, directora del Instituto Navarro para la Igualdad (INAI), ha detallado esta mañana durante la presentación de la campaña para el 25N, refiriéndose a los matrimonios forzados, que “hay dos vertientes que atender: una, en relación a los procesos judiciales y otra, en cuanto a los protocolos de coordinación”. Estas declaraciones de Abad durante la presentación se enmarcan en el reciente caso de la menor de 14 años residente en Navarra que había sido supuestamente “vendida” a una familia de en Lleida para un matrimonio forzoso, y que finalmente, ha sido archivado por el juez al negar la menor los hechos.

En lo que se refiere a los protocolos de coordinación, Abad ha aputnado que “tenemos desarrollado un protocolo para los matrimonios forzados en Navarra, que tiene que ver con la prevención, la atención y la detección de estos casos”. Según ha indicado, “el concepto de matrimonio forzado como tal está muy unido a claves culturales y a otras tipologías de matrimonios concertados que tienen otros contextos, también en personas que son menores de edad”. 

Estos casos, ha aclarado, “son bastante poco habituales, pero sí que se conocen y por eso tenemos, en el marco del tercer acuerdo interinstitucional, un protocolo elaborado, porque además, así lo ordenaba la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual”. 

En cuanto a la segunda de las vertientes, la judicial, la directora ha mencionado que “este caso concreto está judicializado, con lo cual no estamos ahora en la fase de detección y de prevención, pero sí que todos los elementos que se están vertiendo alrededor de las circunstancias de la menor en este caso nos sirven de mucha ayuda realmente, porque hay muchas claves que es necesario analizar”.

En este sentido, ha remarcado que “las claves culturales para la conceptualización del matrimonio forzado son muy específicas y tienen que ser analizadas y valoradas en todas las circunstancias y en todos los casos” y ah subrayado las circunstancias complejas de este suceso reciente, en el que dos comunidades autónomas se están viendo involucradas. “De hecho, la menor se encuentra actualmente en Cataluña”, ha añadido.

“El matrimonio forzado, al igual que otras tipologías como la trata o la mutilación genital femenina, son tipos de violencia sexual que hay que poder detectar, aunque realmente sean pocos casos”, ha insistido. Además, “es fundamental atenderlos porque eso nos permite aprender a prevenirlos y conseguir dar la atención necesaria a estas mujeres y niñas de manera adecuada y personalizada”, ha admitido tras incidir, una vez más, en que “no son casos habituales”.