La Audiencia de Navarra rechaza que se extraiga ADN a un integrante de una banda de atracadores

En noviembre de 2024 una banda de atracadores del Este iniciaba una frenética actividad en Navarra con el robo en una entidad bancaria de Cabanillas, donde se llevaron 69.533 euros, y al día siguiente hicieron lo mismo en Barásoain, de donde sustrajeron 57.665 euros de la caja fuerte y causaron numerosos daños en las sucursales. Posteriormente, asaltaron otras entidades bancarias en distintas provincias con un método similar. La Guardia Civil, en una operación conjunta con Policía Nacional, desarticuló el grupo criminal itinerante y altamente especializado al que se le atribuyentrece asaltos a entidades bancarias, además de en Navarra, en Cantabria (2), Castellón (2), Alicante, Badajoz, Burgos, Ciudad Real, Córdoba, Zamora y Valencia. Se les investiga por robar más de 400.000 euros. Se detuvo a nueve personas y llevaron a cabo registros en once domicilios y siete garajes en los que se han intervenido más de 100.000 euros, tres armas de fuego, inhibidores y localizadores de frecuencia, herramientas para cometer los robos y cinco vehículos de alta gama.

La operación la lideró el Juzgado de Instrucción número 5 de Tudela, que envió a la mayoría de arrestados a prisión provisional comunicada y sin fianza. Sin embargo, dada la complejidad de la investigación, los agentes habían solicitado al juzgado la extracción de muestras de ADN a los investigados, puesto que algunos de ellos no figuraban en las bases de datos policiales. Sin embargo, uno de los procesados recurrió dicha autorización y su defensa señalaba que la única finalidad que se persigue en la petición de la Guardia Civil es la de que los datos del recurrente pasen a integrarse en la base de datos judicial cuando no hay una finalidad investigadora concreta. El auto judicial afirmaba que "es necesaria la obtención de muestra de ADN a los efectos de identificación del detenido, habida cuenta de la pluralidad de identidades que obran en los sistemas informáticos policiales.

Y la Sección Primera de la Audiencia de Navarra ha tenido en cuenta ahora el recurso presentado por la defensa del encarcelado y ha revocado la decisión del juzgado instructor. No se le tomarán muestras de ADN. Al menos no se ha argumentado con suficiencia el significado y objetivo de dicha extracción. La Sala recuerda que la toma de muestras biológicas viene regulada por ley y que especifica que dicha toma precisará de consentimiento del investigado o, en su defecto, de resolución judicial motivada, en tanto que requiere de un acto de intervención corporal.

Y añade el auto del tribunal que "la finalidad de la toma de muestras biológicas es doble, por una parte, permitirá comprobar la participación en el hecho delictivo del sospechoso, mediante la comparación entre la muestra dubitada -aquella que, obtenida del lugar de los hechos o, incluso, del cuerpo de la víctima, en principio no se sabe a qué sujeto pertenece- y otra muestra indubitada -esto es, de la obtenida del sospechoso-. Por otra, se procederá a su incorporación al registro creado por la Ley Orgánica 10/2007, de 8 de octubre, favoreciéndose así su comparación con vestigios o restos biológicos anónimos que en el futuro puedan obtenerse, a efectos de identificar al sospechoso de un delito cometido con posterioridad".

No concurren los requisitos que exige la ley

En el presente caso de la investigación en Tudela, la Sala estima que "no concurren los requisitos normativos que se precisan para que a través de autorización judicial se acuerde la toma de muestras del recurrente sin su consentimiento. Es preciso que en la resolución judicial se explicite la existencia de los restos o vestigios encontrados en el lugar (o lugares) de los hechos para su cotejo con los del investigado y en el atestado y en el oficio remitido por la Guardia Civil en los que se contienen las diligencias practicadas no se hace constar en ninguno de sus pasajes el hallazgo y recogida de ningún tipo de material genético que haya de ser contrastado. La medida instada carece por tanto de justificación", zanja el tribunal navarro.

Añade además que si bien el auto del juzgado instructor "manifiesta que existe una pluralidad de identidades que obran en los sistemas informáticos policiales y ello fundamentaría -a su parecer- la autorización para las muestras de ADN, esta Sala no puede compartir ese razonamiento. Si de lo que se trata es de aclarar la identidad del recurrente y fijar su identificación, tal objetivo puede hacerse mediante huella dactilar, no siendo necesaria la obtención de material genético para tal propósito".

Una banda con alta preparación técnica

La banda que integraba este investigado estaba perfectamente jerarquizada y altamente tecnificada. Los agentes detectaron en varios robos que los asaltantes tenían una alta preparación técnica y que seguían un esquema común durante la planificación de sus acciones delictivas. El grupo criminal elegía siempre bancos situados en poblaciones pequeñas y con vías de escape rápidas, lo que causó una elevada alarma social. 

Para preparar el robo colocaban cámaras de vigilancia portátiles, con tecnología de transmisión 4G en tiempo real, en las inmediaciones de la entidad bancaria para controlar la llegada de las fuerzas de seguridad que pudieran frustrar su asalto.

Una vez que tenían asegurada la zona cortaban el cable de comunicación física de la alarma de la sucursal y cambiaban el bombín de la puerta principal, lo que provocaba el salto de la misma, momento en el que se ocultaban hasta que llegara personal de seguridad a realizar la comprobación. 

Tras las verificaciones, visualizadas por los investigados a través de las cámaras, accedían a la entidad con la nueva llave, inhibiendo al mismo tiempo los sistemas de alarma con el fin de evitar una conexión inalámbrica y destruyendo los medios de grabación. 

Aperturas de las cajas fuertes

Una vez en el interior de los bancos atacaban la caja fuerte mediante el uso de pinzas hidráulicas profesionales o de radiales para sustraer el efectivo y abandonaban el lugar rociando la sucursal con productos de limpieza o extintores para intentar eliminar los posibles restos biológicos. 

Una vez que los investigadores iniciaron las pesquisas pudieron comprobar que los líderes de la organización criminal elegían para los asaltos a un número determinado de entre seis y ocho personas entre los que contaban con especialistas en conducción y en apertura de cajas fuertes altamente profesionalizados. También contaban con personas encargadas de la adquisición y preparación de las herramientas y el material empleados en los robos. 

Los autores de los hechos dedicados a la conducción utilizaban vehículos de alta gama, previamente robados y con matrículas dobladas, que escondían en lugares de seguridad como garajes tipo box, naves o fincas aisladas. Los utilizaban hasta que los creían quemados, todo ello con el fin de no ser identificados y evitar una posible investigación. Posteriormente, una vez que consideraban que podrían haber sido detectados por los investigadores, los despiezaban y vendían en el mercado negro.

Se alojaban en casas rurales

Antes de cometer los robos establecían una base de operaciones en la misma zona donde iban a llevar a cabo el asalto, y se trasladaban desde sus domicilios hasta viviendas rurales de alquiler donde ocultaban los vehículos que iban a emplear, planificaban el robo y en las que se repartían el botín antes de regresar a sus residencias habituales. 

Una vez identificados y localizados los integrantes de la estructura criminal se estableció un dispositivo conjunto en Madrid y Alicante que ha permitido llevar a cabo, de forma simultánea, la detención de nueve personas relacionadas con la trama, seis en Alicante y tres en Madrid. 

Durante el dispositivo se realizaron once registros domiciliarios –Alicante (8) y Madrid (3)– y siete en garajes –Alicante (6) y uno en Madrid– en los que se intervinieron más de 100.000 euros, tres armas de fuego, inhibidores frecuencia y localizadores de sistemas GPS, herramientas para cometer los robos (radiales, pinzas hidráulicas sustraídas, elementos de cerrajería) y cinco vehículos de alta gama sustraídos.