Con la llegada del frío, las necesidades de nuestras casas se hacen más evidentes. Este año, la preocupación aumenta debido al alza de la luz y el gas, recursos que no solo impactan en nuestro bolsillo, sino también en el planeta.

Las familias buscan soluciones, y una de las claves es la eficiencia energética en los hogares. Pero, ¿de qué sirve instalar tecnologías como placas solares o aerotermia si el espacio no está bien aislado? El aislamiento es la base para un hogar confortable y eficiente.

Ecológico y económico

Aislanat es una empresa navarra que ofrece una solución ecológica y eficaz. Su aislante de celulosa, fabricado con papel de periódico reciclado, convierte los hogares en espacios cálidos y confortables para las familia.

“Para mantener una temperatura constante, debemos compensar las pérdidas de energía a través de las paredes”, explica Julen Puncel, director de producción y operaciones de Aislanat. “Al aislar con celulosa, evitamos que el calor se escape, reduciendo la necesidad de calefacción”.

¿Qué es la celulosa?

Es un aislante natural, térmico y acústico, con propiedades ignífugas y antifúngicas.

La celulosa es actualmente el aislante más eficiente del mercado por varias razones: consigue mantener la temperatura más tiempo sin necesidad de encender la calefacción o el aire acondicionado y es totalmente ecológico tanto en su proceso de fabricación como en su puesta en obra.

Asimismo, al solucionar problemas de humedad y condensaciones, mejora la calidad de vida de las personas que viven en ella, en concreto, aquellas que sufren problemas respiratorios. Destaca por ser un material transpirable que regula la humedad mejorando la sensación de confort dentro de la vivienda.

El procedimiento es simple y sostenible: el papel reciclado se desfibra, se trata con sales minerales para hacerlo ignífugo y se envasa.

Aislanat convierte 2.000 toneladas anuales de este material en un innovador aislante de celulosa, siendo la única compañía a nivel nacional que realiza este proceso.

El resultado es un aislante natural con más de un siglo de uso en Estados Unidos y cinco décadas en Europa.

Aislanat no solo recicla, sino que también innova. Su crecimiento anual del 10-12% demuestra la creciente demanda por soluciones ecológicas y eficientes en la construcción.

Aislanat, una empresa navarra pionera en aislamiento.

Aislanat, una empresa navarra pionera en aislamiento.

Reformar tu casa en un día

Aislar una casa con celulosa Aislanat es una inversión en confort, economía y sostenibilidad. Además, el proceso es muy sencillo.

Un técnico de la empresa visita la vivienda para hacer las comprobaciones necesarias, midiendo el grosor de la cámara de aire, la dimensión de las paredes y analizando las características de la misma para determinar el sistema de aislamiento más adecuado que puede ser: insuflado, proyectado en seco o en húmedo.

Con esa información se prepara un presupuesto, gratuito y sin ningún compromiso, que se entrega al cliente en el mismo día. Una vez aceptado el presupuesto, se planifica el día de la aplicación de la celulosa. Dos técnicos aplicadores acuden a la vivienda dejando la máquina fuera de la misma y subiendo las mangueras con las que se aplica la celulosa por la fachada.

En tan solo unas horas, la vivienda se convierte en un espacio confortable, alejado del frío, el calor y el ruido que conlleva a una mejora en la calidad de vida.

Un hogar más verde

La necesidad de ser más responsables con el medio ambiente es cada vez más acuciante, y esto se aplica a todos los ámbitos de la vida, incluyendo el sector de la construcción.

Aislanat es la única empresa del Estado que transforma ejemplares de rotativos en aislante de celulosa para todo tipo de edificios.

La celulosa es un material que se utiliza desde hace más de 100 años en países con climas extremos. En Aislanat se fabrica con materia prima local, siendo un producto Km0 y un claro ejemplo de economía circular.

Ahorra en energía

Desde el 1 de enero de 2022 el Gobierno de Navarra concede ayudas a todas aquellas obras realizadas que supongan la reducción de la demanda energética anual global de calefacción y refrigeración de al menos el 7% o una reducción del consumo de energía primeria no renovable de al menos un 30%.

Todo ello, sumado a los objetivos de Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, conforman un motivo más que contundente para concienciarnos y motivarnos a mejorar la eficiencia energética de nuestra vivienda.