Las autoridades italianas decretaron hoy el bloqueo durante 20 días de la nave humanitaria "Aurora", de la ONG alemana Sea Watch, después de que desembarcara a 72 inmigrantes en la isla de Lampedusa (sur) desoyendo sus indicaciones.

El barco "Aurora" debía dirigirse al puerto italiano de Trapani, más lejano de su posición en el Mediterráneo central, pero finalmente optó por entrar al de Lampedusa porque, alegó su mando, "no tenían otra alternativa".

"El barco ahora quedará detenido durante 20 días en base a un decreto del Gobierno italiano y Sea Watch será multada con entre 2.500 y 10.000 euros", denunció la ONG en un comunicado.

La organización alegó que tras el rescate de estas personas en aguas del Mediterráneo central, "la situación a bordo se deterioró minuto a minuto e incluso una persona fue encontrada inconsciente debido al calor extremo".

Las autoridades portuarias italianas indicaron entonces el puerto de Trapani, pero resultaba "inalcanzable" para el barco humanitario, a una distancia cuatro veces superior que el de Lampedusa.

Por eso, la nave "Aurora" accedió a este último puerto ignorando las indicaciones italianas.

Tras completar el desembargo, agentes policiales y de la Guardia Costera subieron a bordo de "Aurora" y, tras revisar sus instalaciones, decretaron su bloqueo administrativo durante 20 días.

La jefa de misión de Sea Watch, Rebecca Berker, denunció que los 72 inmigrantes, "ya agotados por su travesía, tuvieron que soportar otras 24 horas en el mar innecesariamente".

"Italia puso en peligro voluntariamente todas las vidas en el 'Aurora' y se responsabilizó directamente de las consecuencias para la salud a bordo. Simplemente no teníamos otra opción que navegar hacia Lampedusa", sostuvo Berker.

No es la primera vez que esta ONG desobedece las indicaciones de las autoridades italianas: en 2019, la entonces capitana de la nave "Sea-Watch 3", Carola Rackete, entró sin permiso en el puerto de Lampedusa para desel mbarcar a los inmigrantes salvados en el mar.

Su acción, con la que llegó incluso a golpear una nave militar italiana, contravino la férrea política de puertos cerrados del por entonces ministro del Interior, Matteo Salvini.

En lo que va de año, 105.449 inmigrantes han desembarcado en las costas italianas, más del doble que en el mismo periodo del año pasado (50.759), según datos del Ministerio del Interior.