La Oficina para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas alemanas), nombre que reciben en Alemania los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, clasificó ayer al principal partido de la oposición, Alternativa para Alemania (AfD), como un “caso seguro de extremismo de derechas”.
La decisión de la BfV afecta a todo el partido de ultraderecha, que ya contaba con esa consideración de “caso seguro” de extremista de derechas en varios estados federados, incluido el estado federal de Turingia, donde ganó las últimas elecciones regionales, celebradas el pasado mes de septiembre.
En las elecciones generales anticipadas, celebradas el pasado 23 de febrero, AfD fue la segunda fuerza más votada, con un 20,8% de los votos, por lo que en la nueva legislatura, cuya actividad parlamentaria comienza la semana que viene, ejercerá como principal fuerza de la oposición.
La BfV, tras revisar de forma “exhaustiva y neutral” el informe que tiene sobre AfD, de unas 1.100 páginas, señaló en un comunicado que “la concepción étnica y basada en la ascendencia que prevalece en el partido no es compatible con el orden democrático básico”.
Esa concepción “pretende excluir a determinados grupos de población de la participación igualitaria en la sociedad, someterlos a un trato desigual que no se ajusta a la Constitución”, según la BfV, que aludió en su comunicado al “gran número de declaraciones antiextranjeros, antiminorías, antiislam y antimusulmanas” de los líderes del partido. “Devalúa a grupos enteros de población en Alemania y viola su dignidad humana”, señaló la vicepresidenta de la BfV.
La AfD ya anunció que impugnará la decisión del BfV al afirmar que “seguirá defendiéndose jurídicamente”. A finales del marzo pasado la organización juvenil de AfD, la Alternativa Joven (JA), organizada como asociación independiente y considerada hacía dos años “caso seguro de extremismo de derechas”, llevó a efecto su disolución después de que la formación ultraderechista anunciara su intención de crear una organización juvenil más estrechamente vinculada al partido para tener más control y poder de intervención sobre ella.
BfV, órgano de prevención
La BfV es una agencia adscrita al Ministerio del Interior, que supervisa directamente su labor, y además está sujeta a la Cámara Baja del Parlamento o Bundestag, pues esta instancia parlamentaria cuenta con un comité dedicado a la supervisión de los operativos de los servicios secretos para cuestiones domésticas.
A la BfV se la considera una estructura del Estado cuyo objetivo es prevenir ante amenazas contra el orden democrático del país, estatus que parece adoptar AfD.
Mayor vigilancia
La consideración de AfD como “caso seguro de extremismo de derechas” supone para este partido que sus miembros podrán ser sujetos a la observación de los servicios secretos, lo que contempla escuchas telefónicas, vigilancia sobre correos electrónicos o incluso la infiltración de informantes al servicio del Estado.
Ante esa circunstancia, AfD trató de impugnar ante los tribunales anteriores consideraciones de la BfV sobre el partido ya que, anteriormente, las autoridades germanas consideraron a la formación como “un caso sospechoso de extremismo de derechas”, extremo confirmado el año pasado por el Tribunal Administrativo Superior de Renania del Norte-Westfalia.
No obstante, la BfV no tiene competencias para lanzar un proceso de prohibición contra partidos políticos, pues una iniciativa así sólo la pueden iniciar tres instituciones: El Bundestag, el Bundesrat o cámara de representación territorial o el Gobierno. Hasta la fecha, cada vez que la BfV se ha pronunciado sobre el potencial anticonstitucional de AfD, no ha habido efectos políticos.