Reputada y reconocida etóloga inglesa, Mensajera de la paz de la ONU, primatóloga, investigadora y... ¡también creyente! La verdad sigue ahí fuera, ya lo advertía 'Expediente X', y la maravillosa Jane Goodall está dispuesta a demostrarlo. Al menos en lo que se refiere al mundo animal, A la presencia o no de una de las criaturas más grandes (y misteriosas) que jamás han pisado la Tierra. "No voy a decir que el 'bigfoot' no existe.", son las últimas y explosivas declaraciones de una de las mujeres más respetadas del mundo.

Los chimpancés tienen emociones y sensaciones

La maravillosa Jane Goodall soñó con África... ¡y allí se fue! Sin pensárselo dos veces. A estudiar a los chimpancés salvajes, sus interacciones sociales y familiares, durante sesenta años en el parque nacional Gombe Stream de Tanzania. Y sus investigaciones no solo dieron su fruto, sino que cambiaron para siempre a toda la humanidad. Entre otros hallazgos, Goodall demostró que los chimpancés tienen emociones y sensaciones, vetó su uso en experimentos y destronó al hombre como única especie que crea y usa herramientas. Su charla magistral, en la que se emocionó al mostrar el vídeo donde Wounda la abraza antes de volver a la libertad, suma tantas reproducciones en redes sociales como el inolvidable funeral de Lady Di o el cruel asesinato de Isaac Rabin en 1995 en Tel Aviv, al final de una concentración en apoyo de los Acuerdos de Oslo.

Pues bien, con motivo de la presentación este mes de octubre del proyecto Trees for Jane-Árboles para Jane (con el que busca replantar un trillón de árboles en todo el mundo hasta 2030), la famosa primatóloga ha vuelto a mostrar su curiosa opinión sobre la leyenda del bigfood, esa criatura legendaria con aspecto de primate que, según ciertas culturas, todavía puede verse por los bosques americanos a elevadas altitudes. Blanco o marrón, más espeluznante o adorable, Goodall ha recordado, una vez más, que hace unos años (en un viaje a una remota comunidad indígena de Ecuador) todos los habitantes le confirmaron la existencia de unos seres de características similares: "Hemos visto monos sin cola que caminan erguidos y miden alrededor de dos metros de altura".

"Así que no voy a decir que el bigfoot no existe", ha confirmado una vez más, a sus 87 años de edad. "De hecho, me encantaría que existiera. Existe algo pero no sé lo que es". Son las palabras con las que Goodall sigue emocionando a toda una generación que siempre ha aplaudido su trabajo y esa defensa por dejar la puerta abierta a la incógnita de lo sobrenatural. A la belleza de lo inexplicable.