Pocas son las cosas que nos pueden sorprender al abrir una caja, pero nada nos emociona más que encontrar unos zapatos nuevos en su interior, sobre todo si son unos Lily & You.

¿Quién es Azucena?

Llevo ya muchos años en el mundo de la moda, siempre me ha gustado. Empecé estudiando estilismo en Barcelona y hasta embarcarme en este proyecto he trabajado durante siete años junto a Alicia Rueda.

¿Cómo surgió la idea?

Al haber trabajado en el sector nupcial vi que había una carencia a nivel de calzado para novia, eventos e invitadas. Quería poder dar la opción a todas esas clientas que quieren hacerse un zapato personalizado, igual que se hacen vestidos a medida.

No se suele escuchar mucho atelier de zapatos.

Diría que en la zona norte no hay muchas opciones y todo el mundo acaba en Barcelona o Madrid para poder tener este servicio. Y como soy una apasionada decidí ir a por todas.

¿Da miedo?

Fue una decisión muy difícil de tomar. Yo venía de un trabajo donde estaba muy bien, me gustaba, tenía una estabilidad... y no es fácil tomar la decisión y empezar de nuevo. No sabes si va a salir bien o mal, pero con el apoyo de la familia y de mi marido, que siempre me ha animado y me decía "Azucena, estás en tu momento, si no lo haces ahora nunca lo vas a hacer", he ido adelante.

¿Cómo empieza el proceso de creación del zapato?

Se acude con cita previa. Quería dar un toque personal y exclusivo y que la clienta no solo se compre unos zapatos, sino que viva la experiencia. Es fantástico poder venir a probarte todos los zapatos, poder elegir los materiales y el color. Desde el principio sabía que el atelier no podía estar a pie de calle, no es un comercio normal ni una zapatería al uso, aquí hacemos sueños realidad.

No olvidemos que son a medida.

Exacto. Vienen las clientas y trabajamos hasta que elegimos la combinación de todo, empezamos a mirar cada pieza del zapato para combinarla en los colores y materiales que quiera. A veces es un poco complicado y no todo el mundo tiene la visión de cómo puede quedar, pero estoy muy contenta, tienen una fe ciega en mí.

¿Acuden más a usted para una ocasión especial o por capricho?

Un poco de todo, pero es verdad que se da más para algo especial. En el caso de las novias me gusta saber cómo es el vestido y poder ver el conjunto en sintonía, es muy importante, tanto en novia como invitada.

¿Cuánto se tarda en hacer unos Lily & You?

La entrega es de entre tres semanas y un mes. Para poder dar un servicio más rápido he hecho una selección de materiales para poder tenerlos en fábrica y montarlo. Esto economiza mucho el tiempo.

Y se hacen en España.

En Elda, todo es artesanal.

Si solo pudiera llevar un par, ¿cómo serían?

¡Qué complicado! Soy una amante de la sandalia de una pala con correa al tobillo, una sandalia básica pero que puede dar muchísimo juego, y al quedar el empeine al descubierto estiliza.

La gente no suele ser tan atrevida.

Hay de todo, desde novias que vienen y quieren darle el toque con el zapato, hasta otras que buscan colores más neutros o que pasen más desapercibidos.

El calzado de mujer es la estrella, ¿qué pasa con el de hombre?

Que se arriesga muy poco. Una cosa que siempre he tenido en la cabeza es, si el negocio fuera bien, tener una selección de calzado para que luego se pudiese combinar. Suele ser más sota, caballo y rey, pero también existen hombres a los que les encantaría arriesgar y tener unos zapatos personalizados. Tiempo al tiempo.

Veo mucho tacón en este atelier...

Existe también el perfil de una mujer que no quiere llevar tacón, pero en una primera campaña es muy complicado tenerlo todo. Sí que me gustaría poder ofrecer algún zapato plano en la siguiente.

¿Se daría la vuelta ante unos tacones de aguja?

No es lo más cómodo, pero una sandalia con un tacón de aguja es lo más femenino del mundo y muy sofisticado. Siempre se te va el ojo.

Vuelve el chándal. ¿Con tacones?

Nunca voy a decir de esta agua no beberé, pero todavía me cuesta mucho verlo.

Es una combinación difícil.

Tampoco soy de llevar chándal, pero de momento me resisto a ello [cuenta entre risas].

Un color de zapato que no puede faltar.

Lima. La gente lo ve arriesgado, pero luego es muy combinable. El dorado es otro tono que en cualquier sandalia queda bien.

¿Tendencia o atemporal?

Siempre he sido muy atemporal. Evidentemente sigo tendencias, todos las seguimos, pero suelo ser bastante libre sin atarme a ninguna. Por ejemplo, para esta primera colección no me he fijado en los colores que estaban de moda, me he dejado llevar por mi intuición y lo que me apetecía hacer.

¿Con qué sueña usted?

Me encantaría hacer un tacón especial, con un diseño exclusivo para la marca, que la gente al verlo diga: son unos Lily & You.