Un tribunal de Singapur condenó este jueves a una mujer a una pena de 11 semanas de cárcel por estornudar al guardia de seguridad de un centro comercial que se negó a permitirle la entrada por no llevar una mascarilla en medio de la pandemia.

Sun Szu-Yen, nacional taiwanesa con residencia de larga duración en la ciudad-Estado, se declaró culpable el pasado mes de junio de los delitos de "acto imprudente" y "acoso" por el incidente, acaecido el pasado 12 de abril, informa el diario local singapurense The Straits Times.

Tras rellenar un formulario con sus datos, Sun trató de entrar en el centro comercial cuando el guardia de seguridad le recordó que debía ponerse una mascarilla, pero la mujer se cubrió la boca con un pañuelo, pero el guardia no le permitió la entrada, a lo que la mujer respondió estornudándole en la cara.

Entonces la mujer, blandiendo su pasaporte, le espetó al guardia que era taiwanesa, trató de tachar sus datos del formulario de entrada y se marchó enfurecida, en una escena captada por las cámaras de seguridad.

Según el Straits Times, tras declararla culpable, el juez solicitó un análisis psiquiátrico para comprobar si debía imponer una orden de tratamiento obligatorio en lugar de una pena de prisión, pero no se hallaron indicios de enfermedad mental.

Singapur fue uno de los primeros países en detectar la COVID-19 fuera de China -origen de la pandemia-, y actuó con rapidez para contenerla al imponer de forma temprana estrictas medidas de confinamiento que estaban vigentes cuando Sun estornudó al guardia de seguridad.

Hasta el momento, se ha detectado un total de 57.229 casos del nuevo coronavirus en la próspera ciudad-Estado de 5,6 millones de habitantes, con 34 fallecimientos.

Más del 90 % de las infecciones se han dado en las decenas de barracones situados en las afueras de la ciudad, donde fueron confinados a partir de abril unos 300.000 trabajadores extranjeros no cualificados, en condiciones de hacinamiento.