Victoria Sarmiento, ama de casa de la aldea El Carmen, en el municipio San Nicolás, en Honduras, enterró el cadáver de otra persona creyendo que se trataba de su esposo. Sarmiento, que estuvo varios días buscando a su pareja, Julio Enamorado Mejía, de 65 años, puso una denuncia de desaparición y le mandaron al hospital. Allí, al presentar la cédula de su esposo, le entregaron un cuerpo y le informaron de que había fallecido por coronavirus. La mujer contrató los servicios funerarios para trasladarlo a su aldea y procedió al entierro del cadáver. Cuatro días después, Enamorado fue encontrado herido en el municipio de Trinidad, muy cerca de la localidad de San Nicolás. El hombre se había caído y permaneció sin poder levantarse durante varios días, sin comida ni bebida. Después de la reaparición, Sarmiento presentó la queja. "Me dieron un muerto que no era mi esposo. Me dieron un cuerpo desconocido, la Fiscalía y la abogada de la morgue tenían que revisarlo y examinarlo y comprobar si era él", se quejó la esposa, que precisó que el cadáver que se llevó era de un hombre que había sido trasladado por médicos al hospital en estado grave, sin identificación, y que falleció al poco tiempo. Desde el hospital, su director, Juan Carlos Cardona, responsabilizó a Sarmiento por el error. "Aparece la esposa, que trae la cédula de identidad y lo reconoció, ella dijo que era su esposo, reclamó el cuerpo y se hizo el acta de defunción", expuso.