181 personas esperan congeladas bajo un desierto de Arizona a que la ciencia encuentre la manera de resucitarlas. Se encuentran criogenizadas desde el momento de su muerte, con sus cuerpos incorruptos y almacenados en las instalaciones que la Fundación Alcor Life Extensions tiene a las afueras de la ciudad de Phoenix. El proceso de criogenización permite congelar el cuerpo humano y mantenerlo a muy bajas temperaturas, lo que permite que no se descomponga y permanezca en el mismo estado que se encontraba en el momento de la muerte. La compañía lleva 49 años operando y cuenta actualmente con 181 personas criogenizadas en sus tanques de frío. La Fundación tiene actualmente 1.338 miembros, que esperan ocupar un tanque de criogenización en el momento que fallezcan.

Actualmente hay cinco miembros de la Fundación de nacionalidad española y dos pacientes españoles en los tanques de criogenización bajo el desierto de Arizona. Una promesa de extender la vida más allá de la muerte que confía en que, en algún momento en el futuro, la tecnología humana permitirá revivir cuerpos clínicamente muertos. Todas estas personas confiaron su regreso en el futuro a esta fundación, para lo que tuvieron que abonar unos costes de alrededor de 200.000 dólares para cubrir todo el proceso. Eso sí, también deben dejar un buen fondo de provisión económica que sufrague los costes del mantenimiento del cuerpo congelado de manera indefinida.