Shenita Jones y Courtney Wilson habían planeado cada uno de los detalles del día de su boda e, incluso, crearon un sitio web dedicado al gran día. El lugar elegido para la celebración fue una gran mansión situada en Southwest Ranches, una ciudad en las afueras de Miami. Pese a que parecía que tenían todo organizado al milímetro, se toparon con un gran problema: la propiedad pertenece a Nathan Finkel, heredero de la franquicia de restaurantes IHOP. Wilson se habría hecho pasar por un posible comprador para poder visitar la casa en varias ocasiones. Así, sin que Finkel tuviera constancia de ello, la pareja había planeado dos días de celebraciones en su propiedad, llegando a llamarla, incluso, la “casa de sus sueños” y “la propiedad de Wilson” en el sitio web de la boda.

El día de la celebración del enlace, Wilson llegó a la finca acompañado de otra persona para prepararlo todo, creyendo que el lugar estaría vacío, pero Finkel estaba viviendo en un edificio adjunto a la propiedad. En una llamada al 911, Finkel dijo a las autoridades: “Tengo gente invadiendo mi propiedad. Y siguen acosándome, llamándome. Dicen que van a celebrar una boda aquí y es el mensaje de Dios. No sé qué está pasando. Todo lo que quiero es que se detenga”. Cuando la Policía llegó al lugar pidieron a Wilson que se marchara y la pareja no fue acusada. Según el fiscal municipal, Wilson había tomado fotos en cada una de sus visitas a la mansión y preguntó a Finkel si podía usar el lugar para organizar la boda: “Nathan dijo que no”. Además, aparte de la celebración de la ceremonia, la pareja había invitado a los convocados al evento al día siguiente para la organización de un almuerzo: “Volver a nuestra casa para disfrutar de un maravilloso brunch dominical. A nuestros huéspedes se les servirán delicias de nuestro reconocido chef en nuestra piscina estilo centro turístico mientras se entretienen con una banda de jazz en directo”, avisaba el sitio web.