El historiador navarro Tarsicio de Azcona, pseudónimo literario y nombre religioso de Jesús Morrás Santamaría, ha fallecido este sábado a los 98 años. Natural de Azcona, (24/12/1923) fue Premio Príncipe de Viana de la Cultura en 2014 y miembro de la Real Academia de la Historia.

En febrero de este año, la dirección general de Cultura-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra publicó el libro 'De campesino a historiador. Apuntes biográficos'De campesino a historiador. Apuntes biográficos, elaborado por Tarsicio de Azcona. La obra aborda su vida personal y profesional, "marcada por la importancia de la Iglesia y la vida comunitaria a lo largo de su trayectoria, con sus luces y sombras".

El relato se ilustra con fotografías del religioso navarro, desde su infancia, su ordenación como sacerdote, hasta la entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura y los últimos estudios que publicó. También se incluyen imágenes de la plazoleta y la biblioteca del convento de Capuchinos Extramuros de Pamplona, donde pasó gran parte de su vida.

El autor dedicaba el libro, con "especial cariño y admiración", al colectivo de campesinos navarros, que, de manera anónima, "han creado esta marca singular de Navarra desde tiempos inmemoriales y todavía con vigor hoy en día", y la han extendido por todo el mundo, "dedicados a la evangelización, la educación y la sanidad".

RAÍCES Y VOCACIÓN RELIGIOSA

Tarsicio de Azcona elaboró la obra con una estructura cronológica que comienza con la descripción de su vida familiar y rural y continuaba con la exposición sobre su formación como historiador de la Iglesia. Prosigue la narración con un recorrido por sus parcelas de estudio y docencia sobre la materia, la actividad cultural desarrollada y la selección de algunos de los múltiples estudios llevados a cabo en su larga trayectoria como investigador.

El autor daba inicio a la obra con el capítulo 'Patria, familia e infancia', que recoge sus primeros años de vida, su nacimiento en 1923 en casa Santamaría, situada en el pueblo de Azcona, las vivencias con sus padres y su posterior acogida por la familia de Abárzuza, quienes "le aceptaron y apoyaron en su interés por dedicarse a las labores campesinas".

Más adelante, el capuchino navarro relataba "el nuevo rumbo que tomó su vida al sentir la llamada de servir en la vida religiosa y decidir presentarse como aspirante del seminario de los capuchinos".

En los siguientes capítulos, Tarsicio de Azcona describía su paso por el Seminario de Capuchinos de Alsasua, años durante los cuales tuvo lugar la guerra civil española. Cursó estudios con materias como latín, castellano, aritmética o caligrafía y le marcó especialmente la asignatura de música, dado el entusiasmo con el que impartía las clases el director.

Continuó con su noviciado en el convento franciscano de Sangüesa, periodo en el que, según el sacerdote navarro, le "ayudó a ir descubriendo la vida religiosa consagrada de por vida".

Tras su paso por Alsasua y Sangüesa, el religioso contaba las vivencias y recuerdos en sus estancias en el santuario y convento de Rocamador de Estella y después en el convento de capuchinos de Pamplona. Se hace mención a los estudios recibidos en estas residencias y a su ordenación como sacerdote en diciembre de 1946.

A continuación, el autor expuso sus años de estudios universitarios. Recibió formación sobre la Historia de la Iglesia en la Pontificia Universidad Gregoriana (PUG) en Roma y asistió a distintos cursos que organizó el Vaticano. Asimismo, explicaba su posterior estancia en Baviera donde aprendió alemán y su paso por el convento de san Antonio de Pamplona, primer destino local del navarro en su provincia natal.

UNA VIDA DEDICADA A LA INVESTIGACIÓN

El padre Tarsicio de Azcona pasó casi 40 años de su vida divididos entre el convento de Pamplona Extramuros y el Centro Superior de Estudios Teológicos (CSET) del Seminario Diocesano de Pamplona (1969-1992), donde se dedicó principalmente a la docencia y a la investigación, siendo su primer estudio su tesis doctoral sobre la 'Elección y reforma de obispos en España en tiempo de los Reyes Católicos'.

En la obra, el religioso describe varios de los servicios y cargos que prestó a los capuchinos. Entre ellos, como miembro del Consejo Provincial en Lecároz, vicario del convento de Extramuros de Pamplona entre 1984 a 1987 y especialmente vinculado a la biblioteca conventual y al archivo provincial desde 1951.

Además, relata su estancia en la fraternidad de Valdefierro (Zaragoza) a causa de la renovación y reparación del convento de Extramuros de Pamplona. Posteriormente, volvió al convento pamplonés hasta convertirse en la que es su actual residencia.

A lo largo del libro, el historiador recogió algunos títulos de su "extensa bibliografía" sobre la orden de los Capuchinos, a la que pertenece, y otros aspectos de la realidad eclesial. También ha incluido referencias a las diversas investigaciones sobre personajes de la historia, como la "reconocida y reeditada" biografía de la reina Isabel la Católica.

En los capítulos finales de la obra, el padre Tarsicio expuso los recuerdos en torno a la entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura, que recibió en 2014, y la publicación de sus estudios científicos más recientes. Cabe mencionar la edición, por parte de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana, de un volumen monográfico de la revista Príncipe de Viana, publicado en 2017, con artículos inéditos del religioso.

En los últimos cinco años, "a pesar de la pérdida de seres queridos, algunos incidentes físicos imprevistos y la pandemia de la COVID-19", Tarsicio de Azcona no interrumpió su labor investigadora, escribiendo para revistas y elaborando su último estudio dedicado a 'Los perdones de Carlos V en su viaje a Navarra y Pamplona'.