En todas las organizaciones hay personas que se mantienen en un segundo plano que son fundamentales para que todo funcione correctamente. Eso en Basket Navarra tiene nombres y apellido: Andoni Moriano. El actual gerente de la entidad es considerado por todos los miembros como el alma de la entidad.

“Sin Andoni no sé cómo marcharía el club”, cuenta un miembro de Basket Navarra sobre la importancia de Andoni Moriano en el devenir de la entidad. “No soy tan importante, solamente me encargo de todo lo que no es deportivo en el club deportivo. Solo intento que todo funcione en el día a día. Cumplir con los requisitos que tiene un club profesional”, cuenta un hombre que cayó en Basket Navarra de una manera curiosa: “Yo estaba en la radio narrando los partidos del equipo que por entonces era Grupo Iruña cuando estaba en LEB Oro y el club me conocía. Cuando quisieron montar la estructura del club, contactaron conmigo, porque sabía que yo trabajaba en temas económicos, y me ofrecieron entrar”.

A Moriano es fácil verle en la pista hablando con los jugadores por si hay algún problema que solucionar, pero poco después puede estar en la oficina buscando recursos económicos, cobrando las entradas o en una reunión de la FEB. “Intento organizarme para llegar a todo lo que se pueda, pero ésa es la gracia de mi trabajo, ser el engranaje para que todo siga moviéndose”.

El gerente de Basket Navarra ha visto cómo el club se ha ido adaptando a la realidad que le ha tocado vivir desde que descendió a LEB Plata. “Es curioso ya que el club ha cambiado en muchas cosas y muchas de ellas son positivas. Cuando llegué al club estaba en LEB Oro, una categoría más. Y ahora todo es diferente. En su día aquí tuvimos a Korolev, que fue número 12 del draft, y ahora apostamos por chavales más jóvenes. Yo creo que llevamos unas temporadas apostando por este tipo de jugadores y ahora se está culminando tras la llegada de Jordi Juste. El club es serio y profesional, que creo que es lo más importante”.

A Moriano se le acumulan vivencias tras tantos años en la entidad, tanto buenas como malas. “En el aspecto deportivo, mi mejor momento fueron los play off de la temporada pasada, cuando nos quedamos muy cerca de ascender dando un gran nivel, especialmente el partido de vuelta en Zornotza. Ese lo tengo grabado a fuego. Pero personalmente lo que más me ha llenado ha sido ser el primer equipo navarro en poder jugar en el Arena. Algo que cuando propuse casi me llamaban loco y finalmente pudimos brindarle una buena despedida a Iñaki Narros. Para mí aquello fue muy bonito”. Pero también tiene claro cuando fue el peor. “Al poco de empezar a trabajar se consumo el descenso y se marchó el patrocinador principal. Hubo un riesgo claro de desaparición, pero se salvó y desde entonces se está construyendo algo bonito”, cuenta. Moriano también destaca que tras estos años guarda buenos amigos tanto de entrenadores (“Joaquín Prado, David Mangas...”) como de jugadores.

Por último, pocos como él para valorar el futuro de la entidad. “Somos un club que, estando donde estamos, movemos gente, somos capaces de organizar cosas bonitas... Lo hemos demostrado. Este club tiene un potencial fuerte y no te digo si además se sube a Oro. Ahora, eso necesita apoyo privado. Es imprescindible que haya patrocinadores”.