En plena pandemia, en agosto de 2020, Silvia Ederra anunciaba su retirada del balonmano. La pivote estellesa decía adiós a las pistas dejando atrás una trayectoria para enmarcar, envidiable, con 13 títulos a sus espaldas, internacionalidades con la selección absoluta y su paso por grandes equipos como el Super Amara Bera Bera o el extinto Itxako. Ahora, a sus 39 años, la navarra ha decidido volver. Vestirse de nuevo de corto, lanzarse a la cancha y sentir las emociones de un deporte que empezó a practicar siendo una niña en su localidad natal. Un deporte que ha sido su “estilo de vida” durante 28 años. Que ni si quiera abandonó cuando un grave accidente de tráfico, en 2011, le llevó al quirófano. Silvia Ederra se ha enfundado de nuevo la camiseta de juego, ha saltado a la pista y lo ha hecho con el que fue su último equipo, el Grafometal La Rioja, colista ahora mismo de la Liga.

“Quiero echar una mano al equipo. Aportar mi experiencia y ayudar a que se salve”, explica Ederra sobre las razones de su vuelta.

De momento, la mítica 89 ya se ha estrenado. No con el resultado que hubiese deseado, ya que el Grafometal perdió el martes ante el Motive.Co Gijón por 23-24, pero sí feliz por sentirse de nuevo jugadora. Ahora bien, reconoce que arrastró la inactividad, la falta de entrenamiento diario de alto nivel: “Me sentí muy bien. Me parecía casi como si no hubiese pasado el tiempo. Aunque ahora mismo no estoy al cien por cien como me gustaría. No es que haya estado parada, he hecho cosas por mi cuenta. Se trata más de entrar en la pista, los desplazamientos, los lanzamientos... Los hombros y los tendones de Aquiles los tengo pidiendo auxilio ahora mismo. Pero sí que me sentí muy cómoda y volviendo a disfrutar del balonmano”.

Después de más de dos años retirada de las pistas, cualquiera podría pensar que su primera participación en un partido no iba ser muy significativa. Que iría entrando poco a poco, haciéndose al juego, a las compañeras y familiarizándose de nuevo con su parcela desde los seis metros. Nada más lejos de la realidad. “Yo pensaba que iba a jugar cinco minutos, no mucho más, porque todavía físicamente no estoy. Pero al final casi estuve media hora”, dice entre risas. Y así es como recuerda, además, el gol que aportó para su equipo. Con espectáculo incluido: “Fue un golazo de vaselina. Me parece que lo único que me perdona ahora mismo es la muñeca. Lo demás hay que engrasarlo”.

UN GRAN BAGAJE

El Grafometal La Rioja ascendió esta temporada, junto al Gurpea Beti Onak, a la elite del balonmano femenino. La exigencia está siendo máxima, la categoría es fuerte y hasta la fecha sólo ha sumado un punto, lo que le mantiene en el último puesto de la clasificación.

En un equipo cargado de novedades, lo que está claro es que si algo puede aportar Silvia Ederra es su vasto bagaje. Sabe qué es jugar en lo más alto, el ritmo y la intensidad que ello supone, y es lo que busca aportar. “Mucha gente me dice que no me va a hacer falta ni correr. Que ya sólo estar en la pista, esa experiencia se va a a notar. He tenido la suerte de jugar en equipos que han estado muy arriba como Itxako o Bera Bera, donde me he podido curtir como jugadora, y haber disputado competiciones como la Champions te permite incluso saber llevar más el control y los tiempos de un partido. Gestionar mejor las acciones o situaciones que pueden marcar el devenir del encuentro”, resalta.

Esta es, seguro, una de las razones que han llevado al conjunto riojano a contar con Silvia Ederra para su proyecto. Un regreso que se fraguó en sólo unos días, como explica la pivote estellesa: “Al principio de la temporada algo se me insinuó, pero no fue nada serio. No se trata sólo de lanzarte a jugar y ya está. Estar en División de Honor es un compromiso que tienes que adquirir, es entrenar cinco días a la semana y compaginarlo con un trabajo”, recuerda la navarra, que es administrativa y lleva las redes sociales de una clínica de fisioterapia en Logroño. “Desgraciadamente”, continúa, la pivote Damljana Bosnjak “se rompió la rodilla y es cuando surgió. El presidente me llamó para hablar, creo que el 23 de diciembre, y el 3 ya firmé”.

Después de valorar los pros y los contras, se lanzó. Porque como Silvia Ederra recalca, este deporte “siempre me ha tirado”. “Yo siempre he dicho que en vez de sangre tengo balonmano. Al final son muchos años. De pequeña me tragaba todos los partidos que echaban por televisión e incluso me apuntaba las jugadas en un papel. Ha sido un estilo de vida”.

La estellesa ha decidido prolongar ese estilo de vida. Seguir manchándose las manos con pega y sentir la adrenalina de la competición. Aún no tiene claro si será algo temporal o ha venido para quedarse. Pero algo tiene seguro: “Creo que después de tantos años dedicada al balonmano, merezco despedirme en la pista en el momento que quiera decir basta”. l

DUELO

Este sábado, ante el Gurpea Beti Onak

Segunda vuelta. La Liga Guerreras Iberdrola inicia este fin de semana la segunda vuelta de la competición regular. El Partido Estrella de esta jornada 12 será el que protagonicen el Grafometal La Rioja y el Gurpea Beti Onak Azparren Gestión (16.30 h, Teledeporte), en el Palacio de los Deportes de Logroño. Los dos equipos luchan por mantenerse en la categoría, tras ascender la pasada campaña. La última vez que Silvia Ederra se midió al equipo de su tierra fue en la División de Honor Plata y ahora la historia es distinta. “Desde pequeña he jugado contra el Beti Onak. Es un partido que gusta. Nosotras lo afrontamos con muchas ganas. Va a depender de cómo lleguemos, puesto que los dos hemos jugado entre semana. Pero las ganas van a poder al cansancio. El Beti ha demostrado en la primera vuelta que ha subido para quedarse y nosotras también queremos demostrarlo. Estará competido”, asegura.

LA PROTAGONISTA

  • Lugar y fecha de nacimiento. Estella-Lizarra, 8/09/1983.
  • Trayectoria. Comenzó en el Itxako, donde se formó, para dar luego el salto al primer equipo. Estuvo siete temporadas (2000-2007). Luego pasó por el Mar de Alicante (2007-2009), Castro Urdiales (2009-2011) y, tras su accidente en febrero de 2011, desde noviembre de ese año hasta mayo de 2012 jugó en el Sporting La Rioja. De 2012 a 2018 vistió la camiseta del Bera Bera, para regresar luego a Logroño. En 2020 se retiró, pero ahora vuelve.