Es un hombre infatigable, incapaz de parar quieto. Tiene una y mil ideas. Acepta todos los retos, incluso se ha atrevido con espacios que se salían de su ámbito de reportajes y de la aventura. Por ejemplo, el mundo del corazón televisivo no le es ajeno, en su día estuvo en Vaya par... de tres. Y recientemente se puso el delantal y se enfrentó a los fogones como concursante de MasteChef celebrity. Le gusta vivir apasionadamente experiencias de todo tipo. No suelta prenda sobre quién va a ganar la edición de este año de El conquistador. Dice que está muy entrenado para guardar secretos y habrá que esperar a la final, él asegura sufrir una amnesia muy conveniente y no acordarse de nada. Así que no hay pistas en ese sentido. También hablar de su mal genio y su carácter vivo en el reality. Aunque afirma que hay mucho de leyenda urbana.Está a punto de terminar la temporada de 'El conquistador'....

—Estamos en la recta final, ya queda poco para la gran final.

Y no me va a dar pistas sobre el posible ganador o ganadora.

—Por supuesto que no. Es un secreto y como secreto se queda hasta el último programa.

Ya. ¿Le cuesta mucho guardar el secreto de la final?

—Estoy superentrenado para guardar secretos. ¿El ganador de ganadora? Pues no lo sé muy bien, aprendo las cosas rápido, pero las olvido más rápido todavía. Ja, ja, ja... Se me olvida el nombre del ganador de repente me viene el día de la final. Si la gente lo supiera el concurso perdería interés. A los concursantes les decimos que no digan nada ni a sus familiares, que lo vean con interés, que disfruten y que sufran. El conquistador tiene de bueno todas las sorpresas que puede haber,

¿Siempre gana el mejor?

—No, ni el más fuerte. Siempre hay sorpresas que puede ponerlo todo del revés; puede ocurrir que te quedes por el camino, que tengas una lesión. El factor sorpresa puede ser determinante. Así que guardar el secreto es importante, muy importante.

¿No se lo dice usted ni siquiera a su mujer o a sus hijos?

—Es que ni me lo preguntan, saben que no voy a decir ni palabra. Ya saben lo que hay, van a tener que esperar como todo el mundo a que todo acabe. Somos muy profesionales en todo. Ja, ja, ja... Del programa no le digo nada a nadie. En ese nadie está también mi familia. Es más, hay gente de la productora que a día de hoy tampoco saben el nombre del ganador. Ni el que monta los vídeos lo sabe. Ahí está la gracia de nuestro programa.

¿Una edición más?

—Nunca es una edición más. Cada una de ellas es muy intensa. Quizá este año ha sido más divertida porque ha habido más sorpresas. Ha habido capitanes, ha habido gente que ha venido a ayudar, hemos tenido juegos nuevos, asambleas interesantes... El factor sorpresa siempre se vive con intensidad. Pienso que lo que hemos visto ha estado muy bien, pero todavía queda momentos fantásticos que seguro que encantará a los espectadores. Cuando empieza el programa piensas: Lo que me queda. Y cuando está a punto de terminar, te das cuenta que todo ha pasado en un pis pas. Las audiencias son buenas...

Un espacio que no se desgasta a pesar de los años.

—Es cierto que nos siguen, tanto en la tele como en la redes sociales, a veces con demasiada pasión. Lo importante es que el programa llama a más gente y, como tú dices, no se desgaste y siga como siempre, un tiempo de diversión y entretenimiento. Veíamos que había mucho contenido y cuando pasan muchas cosas en un reality de este tipo la gente se apunta y lo sigue. El conquistador genera algo en la gente. Esto es lo difícil en el mundo de la tele y la gente no se da cuenta.

¿No se aburre después de tantos años en el mismo programa?

—No. Cuando haces algo que te gusta y eres feliz haciéndolo, no te aburres, todo lo contrario. Y siempre digo a los chavales: Cuando busquéis futuro, no busquéis el dinero; buscad la felicidad.

Bueno, el dinero también ayuda a vivir.

—Por supuesto. Pero si solo se busca el dinero, se termina con psicólogos, psiquiatras. Puede haber ansiedad, estrés y vas a ser infeliz. Hay que vivir la vida sin pensar en que llegue el viernes para liberarte...

El viernes es un aliciente, no solo para liberarte del trabajo, te guste este o no, también para dedicarte a tus aficiones.

—De acuerdo. Lo que quiero decir es que no hay que pensar que el lunes te vuelve a fastidiar solo porque vuelves al trabajo. Hay que buscar lo que te hace feliz.

No siempre se encuentra el trabajo de tus sueños, a veces no aparece nunca.

—Pues hay que intentarlo. El trabajo son ocho o diez horas diarias en las que hay que buscar se feliz. Lo ideal es ser feliz, que quieres ganar dinero, perfecto, intenta ser bueno en lo que haces. A los que son buenos, el dinero les llegará. Yo busco en lo que hago la felicidad, el día que no lo sea me iré del programa, de la tele o de lo que sea. Tengo ya 55 años y he hecho ya varios trabajos.

Pero ve su final en la tele, ¿no?

—Ya veremos. Mientras me divierta, me lo pase bien y me tengan en cuenta, aquí seguiré y tiraré para adelante.

¿Qué es lo más difícil de este reality?

—Lo difícil lo sabemos llevar. Quizá el tema de la improvisación.

Pero funcionan con guion.

—Sí. Hay guion, pero hay que ser muy rápido. El concursante no lleva guion. Mucha gente piensa que esto es como una ficción.

¿Y no lo es?

—Para nada. Cuando la gente se sale de madre es real, no hay nada escrito sobre lo que está ocurriendo. Y tú tienes que reaccionar sin pararte a pensar en un guion. Lo que tenemos son pautas a seguir. En los juegos, en las asambleas, ahí no hay nada escrito. Muchas veces piensas que todo tiene que ir por A y salta la B. Tienes que ser rápido para poder seguir con naturalidad. Ante la acción es reacción. Tienes que tener también la capacidad de poder captar las reacciones, las caras, los gestos... Son cosas que a lo mejor desde control pasan más desapercibidas, pero yo estoy cerca y puedo ver mejor lo que está pasando. La expresión corporal también te indica que algo va de una manera u otra. Esta parte es posible que sea la más difícil, pero todo tiene solución.

¿No es un reality agotador de hacer?

—No te voy a decir que sea relajado. La grabación resulta muy intensa. Pero estoy acostumbrado a ese ritmo y se que cuando vuelva a casa podré descansar. Son los concursantes quienes más agotados pueden sentirse. No es un programa fácil. Es muy exigente.